Conductor de Metrobús entró a hospital por fractura, tardan 19 días en atenderlo, se contagia de COVID-19 y muere

Leonardo Rodríguez Andrade tenía casi dos años conduciendo la Línea 2 del Metrobús que atraviesa la Ciudad de México de Oriente a Poniente. El 24 de marzo, alrededor del mediodía, Leonardo resbaló de la plataforma de la estación Canal de San Juan. A sus 59 años, su pierna derecha no resistió el impacto y se fracturó. El chofer fue trasladado a un hospital público —el 32 del IMSS Mario Madrazo Navarro, al sur de la ciudad— donde su pareja, Guadalupe Muñiz, esperaba que lo atendieran en unas horas.

Sin embargo, a partir de ese día, Leonardo padeció una espera de 19 días en tres distintos hospitales del IMSS hasta que en algún momento, mientras esperaba ser atendido, se contagió dentro del hospital de coronavirus y sus pulmones no resistieron la neumonía. Leonardo es  uno de los dos choferes de Metrobús que han fallecido por Covid-19.

El primer hospital del IMSS al que lo llevaron fue el 32 de Villa Coapa, ubicado al sur de la ciudad. Los médicos le comentaron a Guadalupe que se trataba de una fractura de tibia y peroné. Pero le hicieron saber que ese hospital no le correspondía a Leonardo, además de que se trataba de una cirugía compleja que solamente podría ser realizada en el hospital de Traumatología Victorio de la Fuente, al extremo norte de la ciudad.

Guadalupe, que estuvo todo el tiempo en el hospital, pensó que no habría mayor problema, hasta que comenzó a desesperarse porque no había ninguna ambulancia para trasladarlo.

“La dichosa ambulancia no llegaba. Diario pedían una ambulancia y no llegaba. Decían que se cancelaba a cada rato, luego que no había entrado en el sistema”, cuenta Guadalupe.

Después de siete días de solicitar ambulancias, Leonardo fue trasladado al otro hospital, justamente a la semana de que las autoridades sanitarias declararan la Fase 2 de pandemia de coronavirus.

Mientras tanto, en el hospital de Traumatología Victorio de la Fuente dos médicos internistas relatan que habían protestado por no tener protocolos ante el riesgo del virus. Incluso, medios publicaron que el personal médico de ese hospital laboraba sin material de protección.

A Leonardo se le asignó la habitación 424 compartida con otros tres pacientes con fracturas. Guadalupe asegura que ninguno de los doctores portaba equipo de protección ni tampoco los pacientes. Dos médicos internistas que atendieron al chofer en este hospital coinciden en que no existían medidas.

“Estaban en negación. Decían que aquí no iba a pasar nada, que no fuéramos exagerados, que aquí no iba a haber Covid”, relata una médica internista del hospital de Traumatología.

A ella le tocó valorar a Leonardo cuando llegó al hospital. Según su análisis, estaba listo para ser operado. De hecho, a sabiendas de la situación de la pandemia, le preguntó si había tenido fiebre, tos y otros síntomas, pero Leonardo dijo que no.

“Este tipo de fracturas son comunes en el hospital. Se operan y al día siguiente el paciente se va a su casa”, dijo. Incluso así, a Guadalupe le comentaron que lo operarían hasta el lunes 6 de abril.

Otra médica internista, la segunda consultada para este reportaje, tenía la tarea de valorar a Leonardo, pero se enteró que a las 5 de la mañana del sábado 4 de abril, el paciente tuvo que ser llevado a un piso distinto con la finalidad de aislarlo pues ya se sospechaba que podría ser Covid-19 porque su oxigenación se redujo al 70 por ciento.

Por eso, cuando Guadalupe llegó al hospital ya no lo encontró en el cuarto 424. Cuenta que nadie le avisó lo que estaba pasando.

Sin embargo, la epidemióloga del hospital, Yazmín Zacate, decidió que no era un caso de Covid, así que lo regresó a un piso común, en el número 404, junto con otros dos pacientes. Aunque, de acuerdo con los médicos internistas, ella fue quien diagnosticó que Leonardo tenía neumonía nosocomial, es decir, una neumonía que contrajo dentro del hospital. MCCI contactó por teléfono a la epidemióloga Yazmín Zacate, pero dijo no estar autorizada para hablar sobre el tema.

Todavía el domingo 5 de abril le permitieron a Guadalupe estar en el cuarto 404 junto con Leonardo y los otros pacientes.

“Me empezó a decir que le faltaba el aire, que no llegaba el aire a sus pulmones y le dije a un enfermero y nunca fue”, relata Guadalupe.

Lo cierto es que el personal médico ya estaba informado que el paciente tenía síntomas de Covid-19 y no querían acercarse a Leonardo por la falta de equipo. Para entonces, México permanecía en la Fase 2 de la pandemia.

Hacia las 6 de la tarde, cuando ya no podía respirar, volvieron a llevar a Leonardo a otro piso con el fin de aislarlo. Cuentan, Guadalupe y los médicos internistas, el paciente ya solo tenía 40 por ciento de oxígeno en la sangre.

Durante el transcurso de la madrugada del lunes 6 de abril, cuenta una médica internista, salió el resultado de la radiografía.

“En la madrugada, la radiografía ya indicaba que era Covid-19. Cuando los médicos la vieron se les bajó la presión porque estuvieron en contacto con él”, dice la doctora.

Cuando la prueba de Covid-19 que le hicieron en Traumatología resultó positiva, Leonardo fue trasladado, a un tercer hospital, el General 27 de Tlatelolco, que había sido habilitado para pacientes con coronavirus. Guadalupe recuerda que llegó casi a medianoche del lunes 6 de abril, donde recibió ventilación artificial, aunque ya era demasiado tarde. Tras otros siete días internado, Leonardo Rodríguez falleció el lunes 13 de abril, después de casi tres semanas de que se rompió la pierna derecha, una lesión que pudo haber sido operada en 24 horas para permitirle recuperarse en casa.

Con información de: Mexicanos contra la Corrupción e Impunidad

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