El magnate brasileño Marcelo Odebrecht, protagonista del mayor escándalo de corrupción a nivel latinoamericano, intervino personalmente en 2013 para gestionar el apoyo a favor de la reforma energética del gobierno de Enrique Peña Nieto, revela una cadena de correos electrónicos obtenida por Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI).
La intervención del entonces presidente de la constructora brasileña Odebrecht fue a petición de un personaje que es identificado en los correos con las iniciales “EL”, que coinciden con las de Emilio Lozoya, en ese entonces director de Petróleos Mexicanos (Pemex).
Los correos obtenidos por MCCI forman parte de un paquete de archivos que Marcelo Odebrecht entregó apenas en marzo de 2019 al equipo de investigación del caso Lava Jato en Curitiba, Brasil, como parte del acuerdo de colaboración con la Fiscalía de aquel país sudamericano.
En el intercambio de correos intervienen Luis Weyll y Luiz Mameri, dos de los personajes que han confesado que intervinieron en el pago de sobornos a Lozoya.
La cadena de correos electrónicos de Odebrecht con Weyll y Mameri inició hace casi siete años, el 19 de agosto, una semana después de que Peña Nieto presentara al Congreso su iniciativa de reforma energética. Las comunicaciones concluyeron el 3 de septiembre y al mes siguiente, el 1 de octubre, Peña recibió a Marcelo en la residencia oficial de Los Pinos.
La reforma energética fue aprobada el 11 de diciembre de 2013 en el Senado y al día siguiente en la Cámara de Diputados. Coincidentemente, en esos días el departamento de sobornos de Odebrecht había transferido 1 millón 480 mil dólares a una cuenta ligada a Lozoya en el Neue Bank de Liechtenstein.
Ese monto se transfirió en dos partes: un millón de dólares el 3 de diciembre y 480 mil dólares el día 10 del mismo mes, según ha documentado MCCI en anteriores reportajes.
Buscaban convencer a Lula y a Cárdenas
En los correos que ahora presenta MCCI, los directivos de Odebrecht hacen mención a gestiones que realizaban para obtener declaraciones a favor de la reforma energética de EPN, de parte del expresidente de Brasil, Lula da Silva; de la directora de Petrobras, Graça Foster, del líder de la izquierda mexicana Cuauhtémoc Cárdenas y de su hijo Lázaro, ex gobernador de Michoacán y actual jefe de asesores del presidente Andrés Manuel López Obrador.
El 19 de agosto, Weyll le envió a Marcelo Odebrecht el siguiente correo electrónico titulado “Cuauhtémoc Cárdenas-Reforma energética” en el que reportaba los “últimos movimientos” sobre la iniciativa que una semana antes había presentado Peña Nieto al Congreso:
“En el proceso de aprobación de la reforma energética, no será fácil mantener al PRD unido en torno al «PACTO». El PRI con el PAN alcanza la mayoría necesaria para aprobar la enmienda de la Constitución. Con respecto a la solicitud de apoyo para la entrevista, ciertamente el expresidente Lula ha tenido en cuenta la posición de Cuauhtémoc Cárdenas“ (que se oponía a la reforma).
A los cinco minutos, Marcelo Odebrecht respondió a Weyll con este escueto mensaje: “La relación de Lula es con el que era nuestro cliente. El hijo de este”; al parecer se refería a Lázaro Cárdenas Batel, hijo de Cuauhtémoc, quien como gobernador de Michoacán en 2005 había contratado los servicios de Odebrecht para construir una presa en Tierra Caliente.
Casi de inmediato, Weyll le aclaró a Marcelo que con quien Lula tenía una larga relación era con Cuauhtémoc; “su hijo Lázaro Cárdenas, quien está cada vez más alejado de la política mexicana, ha vivido en Washington por más de 4 años”, precisó quien en esos días era el director de Odebrecht en México.
“La antigua relación (de Cuauhtémoc con Lula) puede ser, ¿pero la más reciente también? De todos modos, padre e hijo deben posicionarse por igual”, le respondió Marcelo.
“Reciente también”, contestó Weyll. “Los últimos contactos de Lula han sido con el Ing. Cuauhtémoc. Ciertamente, padre e hijo están alineados. Mi evaluación es que el Ing. Cuauhtémoc no está satisfecho con la partida de su hijo de la política y su estadía en los Estados Unidos”. (Lázaro Cárdenas Batel reapareció en la política al incorporarse al gabinete de Andrés Manuel López Obrador en 2018).
Al día siguiente, 20 de agosto, la comunicación se reanudó mediante un mensaje que Marcelo Odebrecht envió a Weyll y a Mameri, en el que –a partir de un artículo que acababa de leer– sugirió la postura que debería asumir Lula:
“Al leer el artículo, está claro que el PRD mismo también propone una reforma, no tan amplia como la del PRI. Como solución alternativa, Lula podría reforzar que:
“1) Está de acuerdo con la necesidad de reforma, consenso de todos (lograrlo sin fricción)
“2) Lo que sucedió aquí en Brasil fue muy positivo para Petrobras (con hechos y sin comparar con México, pero que el reportero puede comparar)
“3) Que en cuanto a partes específicas de la reforma de México, prefiere que se deje a la decisión de los mexicanos”.
Aquel día, por la tarde, Weyll le envió a Alexandrino Alencar, otro directivo de Odebrecht vinculado en la trama de sobornos, el siguiente correo titulado “Solicitud de apoyo”:
“Alex, mientras hablábamos, adjuntamos una ayuda memoria (o resumen de acuerdos) con información sobre el proceso de aprobación de la Reforma Energética. Creo que la sugerencia de Marcelo cumple con apoyo que nos fue solicitado”.
El enigmático intermediario “EL”
El mensaje no aclara quién le solicitó el apoyo al que hace referencia. Pero un día después, el 21 de agosto, aparecieron en los correos las iniciales “EL” (que coinciden con las de Emilio Lozoya) como el intermediario con Odebrecht.
Marcelo escribió que había intercedido con Graça Foster, en aquel entonces directora de Petrobras, para que hiciera declaraciones a favor de la reforma energética:
“Acabo de hablar con Graça. Ella está dispuesta a hablar y comentar cómo la ruptura del monopolio aquí en Brasil fue positiva para Petrobras. Le dije que alguien de Televisa la buscaría”.
A Alexandrino Alencar le pidió: “no le digas nada a Lula ni a nadie sobre Graça para que no quieran melar (expresión coloquial en Brasil que significa echar a perder)”.
Aquel día por la noche, Weyll le respondió a Marcelo: “EL (iniciales que podrían corresponder a Lozoya) quedó muy satisfecho con la entrevista de Graça Foster, y aprovechó la oportunidad para reiterar la importancia de la entrevista de Lula”.
El 22 de agosto Weyll le comunicó a Marcelo que el embajador de Brasil en México, Marcos Raposo, le había informado que Cuauhtémoc estaba organizando para septiembre un seminario o foro para expresar su rechazo a la reforma energética.
“Él (Raposo) informó a Brasilia (en referencia del gobierno de Brasil) sobre el conflicto que está teniendo lugar entre el PRI y el PRD, no quiere tomar partido y mucho menos estar molesto con el gobierno de EPN”.
En los correos que Marcelo le compartió a la policía brasileña no aparecen más comunicaciones sobre el tema durante 10 días.
Fue hasta el 3 de septiembre cuando Weyll le volvió a escribir para informarle que “EL” (posiblemente Lozoya) ahora gestionaba con el embajador brasileño una declaración de Lula a favor de la reforma energética:
“Marcos Raposo comentó que después de hablar con EL, revisó su posición con respecto a la participación de Graça Foster en el seminario organizado por el Ing. Cárdenas. EL indicó que consideraba que la participación de GF era positiva, por lo que tiene la oportunidad de comentar los beneficios que Petrobras ha logrado con la apertura del mercado. EL también le pidió apoyo a MR (iniciales de Marcos, el embajador) para obtener la entrevista con Lula”.
Odebrecht no logró su objetivo de influir en Cárdenas, porque el 19 de septiembre de 2013 el ingeniero se alió con el entonces presidente del consejo nacional de Morena, Andrés Manuel López Obrador, para formar un frente que buscaba evitar la aprobación de la reforma energética de Peña Nieto.
Sobre las gestiones de Marcelo para influir con otros personajes de la política no hay más referencias en los correos que entregó a la Policía brasileña.
Con información de: Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad