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El cristal se popularizo en 2018 y se convirtió en la principal droga durante la pandemia

“La situación actual en el mundo presenta muchos conflictos y el uso de sustancias normalmente se asocian con la limitación de oportunidades para el trabajo y la educación, y con un nivel de inseguridad alto. La pobreza incrementa el uso de drogas” y produce un círculo vicioso integrado por violencia, pobreza y adicciones, expuso María Elena Medina-Mora, miembro de El Colegio Nacional, al coordinar y participar en la mesa La crisis actual del consumo de metanfetamina “cristal”.

La colegiada enfatizó que hay un problema que afecta mayormente a las mujeres, se trata de la sobrecarga de cuidados y de la pérdida de empleo. Además, está la migración, en la que la distribución y el consumo de sustancias se vuelve una constante por las condiciones en las que viven los migrantes, las pocas oportunidades de trabajo que tienen, la insuficiencia alimentaria y la violencia que viven.

“Los jóvenes son los que tienen mayor problema, el pico lo tenemos a los 15 años, justamente durante la adolescencia, por lo que ha sido considerado el principal problema de atención de la población recomendado por la Naciones Unidas y la Organización Mundial de la Salud”, agregó la psicóloga mexicana.

Recordó que en 1942 ya había disponibilidad de anfetaminas y metanfetaminas en el mercado legal. “En el 2018 se hizo popular el cristal inyectado y se convirtió en la principal droga de abuso durante la pandemia”.

Aseguró que algunas encuestas que comparan el año 2016 con el 2002, plantean que hay un incremento en el consumo de marihuana y de estimulantes tipo anfetamínicos, pasó del 0.1 al 0.9 por cada cien mil habitantes, un crecimiento rápido. “Tenemos un fenómeno que ha tenido una larga historia y que actualmente es un problema grave en México, y en otros países”.

En tanto que Silvia L. Cruz, del Departamento de Farmacobiología del Cinvestav, sostuvo que el cristal es sólo una de las formas de las metanfetaminas. De acuerdo con su presentación son los efectos, el cristal puro es anfetamina; sin embargo, en polvo puede estar combinado con otros elementos psicoestimulantes y adulterantes.

Esta droga “se fuma en general, pero también se puede tomar en forma oral. Sus efectos son los que provoca un psicoestimulante, es decir, las neuronas se comunican entre sí, mandando un mensaje y el mensajero estimulante por excelencia es la adrenalina, es una sustancia que nos prepara para tener la capacidad de responder ante una amenaza real o potencial, nos pone en una sensación de alerta extrema y a eso le llamamos efectos agudos”.

Además, es una sustancia que se parece mucho a la dopamina y a la adrenalina. Se parece tanto que la célula, cuando pasa por el torrente sanguíneo, se confunde y genera un ahorro celular para mantener la energía. “La célula confundida recoge la metanfetamina y la mete a su interior. Eso hace que la dopamina y la noradrenalina salgan de la célula y provoque efectos impactantes, fuertes y estimulantes”.

Al tomar la palabra, Clara Fleiz, investigadora en Ciencias Médicas, explicó que los consumidores de estimulantes como la metanfetamina que llegan a los centros de rehabilitación, particularmente en la frontera norte de México, son en su mayoría hombres, con un porcentaje de seis de cada diez personas, y cuatro de cada diez son mujeres. “Un 20% de la población que llega a la rehabilitación vivía en un contexto de calle, en estos picaderos o fumaderos y se consideran sobrevivientes”.

Agregó que la primera forma de consumo de estos estimulantes es fumada; la segunda, es inhalada; y la tercera es inyectada. Y los afectados pueden consumir hasta 11 veces al día. “En la zona fronteriza, los hombres llegan a mezclar la sustancia con alcohol y fentanilo, mientras que las mujeres la combinan principalmente con benzodiacepina (que actúa sobre el sistema nervioso central)”.

En palabras de la especialista, la edad promedio de inicio en el consumo de esta sustancia es de 21 años, en hombres y mujeres, pero hay usuarios que, por su amplia disponibilidad, comenzaron su consumo a los 8 o 9 años. “¿Por qué la consumen? Porque quieren estar activos, salir a trabajar o al talón como ellos dicen. Las mujeres quieren cumplir con sus tareas y cuidar a sus hijos, ante la pérdida de una pareja, la metanfetamina es una sustancia que les ayuda a combatir sus depresiones y ansiedades traumáticas, porque la violencia de todo tipo es una constante en estas comunidades”.

Raúl Martín del Campo, del Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz, enfatizó que el consumo de esta sustancia afecta de manera importante la salud física y mental, para lo que se tiene diferentes modalidades de atención y esquemas psicoterapéuticos y farmacológicos.

“Los usuarios de anfetaminas nos llegan con un policonsumo, es decir, combinando varias sustancias, con un riesgo de tener intoxicaciones, con trastornos mentales, con esquemas de depresión y ansiedad, así como con trastorno por déficit de atención. Además, llegan con problemas de violencia familiar y psicosis”.

Considerando lo anterior, se encuentran los servicios de atención primaria, como la atención psiquiátrica, psicológica y médica. Existen también las opciones de tratamiento ambulatorio y residencial para cuando el paciente no es capaz de controlar su consumo, y los programas de atención a recaídas y reducción de riesgos y daños.
“En tratamientos psicológicos mejor evaluados, se encuentra el cognitivo conductual, que consiste en trabajar con los pensamientos del paciente para regular sus emociones y tener planes de acción para cuando los estímulos disparan el deseo”.

El experto detalló que, en cuanto al tratamiento farmacológico, todavía no hay tratamientos aprobados por los organismos que regulan este consumo, “se han hecho ensayos clínicos que le permiten a los psiquiatras y médicos tomar decisiones para tratar la intoxicación, la abstinencia aguda, la psicosis, la depresión, el trastorno por déficit de atención, la ansiedad y la abstinencia de manera prolongada”.

Por su parte, Alfredo Camhaji Samra, de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, explicó que el consumo de metanfetaminas se ha convertido en un problema de salud pública, y esto se debe principalmente al crecimiento exponencial que ha tenido en los últimos años. Entre el 2017 y 2022 creció en un 218%. “México es un país históricamente productor y de tránsito, pero ahora pasa también a ser un país de alto consumo”.

Al responder a la pregunta ¿Qué está pasando en el mercado de las drogas, para que la anfetamina haya experimentado un cambio tan dramático? El especialista respondió que es un tema complejo y se relaciona con una combinación de factores, entre los que se encuentran, los problemas sociales y emocionales de los usuarios, las diferentes formas de consumo, su bajo costo, la facilidad para conseguirla, pero, sobre todo, la atomización del crimen organizado que ha hecho que la producción de metanfetaminas está destinada en buena medida al mercado nacional.

El COVID-19 agravó esta situación. “Los adolescentes entre 15 y 16 años y los adultos jóvenes entre los 18 y 24, han tenido un aumento en el consumo de las drogas en un 15% de opiáceos, 20% en cannabis y 14% en alcohol. De tal suerte que siete de cada diez adolescentes han pasado por situaciones de depresión y 62% con problemas de ansiedad”.

“No sólo han aumentado el consumo y los problemas de salud mental, también lo hizo la violencia, los abusos y demás acciones, que van contra la integridad de las personas. El 43% de los adolescentes vivieron algún tipo de violencia en sus casas de tipo psicológica, física o sexual. Esto nos habla de cómo se ha ido agravando los problemas emocionales del país”, concluyó Alfredo Camhaji.

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By  Alcanzando el Conocimiento

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