Durante los próximos cuatro años, científicos del Centro Culham para la Energía de Fusión (Oxford), perfilarán el diseño del futuro Tokamak Esférico para la Producción de Energía (STEP, por sus siglas en inglés), una instalación que aspira a generar cientos de megavatios netos y que entraría en funcionamiento a principios de la década de 2040.
Con este desarrollo, Reino Unido entra en la carrera por construir el primer reactor de fusión comercial del mundo. A tal fin, el Gobierno británico anunció el pasado 3 de octubre una dotación de 200 millones de libras (230 millones de euros).
Aunque hasta ahora ninguna instalación de este tipo ha conseguido generar más energía de la que se necesita para arrancar la reacción, varios Gobiernos de todo el mundo ya están estudiando cómo poner en marcha un reactor comercial. Tanto el diseño como el calendario de la propuesta británica la convierten en una de las más ambiciosas.
La fusión nuclear de hidrógeno en helio (el mismo proceso que produce energía en el Sol) promete un suministro casi ilimitado de energía limpia. Sin embargo, hasta hoy ninguna instalación ha logrado alcanzar el nivel de calor y confinamiento necesarios para que la reacción genere más energía que la que hace falta para ponerla en marcha. El experimento ITER se propone conseguirlo en 2035. El objetivo de STEP es ir más allá y construir una instalación que pueda aprovechar en forma de electricidad la energía producida. Solo si ITER tiene éxito sabrán los científicos si un prototipo comercial como STEP será realmente viable.
El Reino Unido no es el único país que aspira a construir un reactor de fusión comercial. Una propuesta china, el Reactor de Pruebas de Ingeniería de Fusión Chino (CFETR), podría entrar en funcionamiento en 2035. Y DEMO, el sucesor europeo de ITER, está previsto para la década de 2050.
Con información de Investigación y Ciencia
Imagen tomada de ITER.ORG