- Durante el X Encuentro Libertad por el Saber, la investigadora Laura Vázquez Maggio adelantó un estudio próximo a publicarse.
- Coordinada por los colegiados José Ramón Cossío y Diego Valadés, se llevó a cabo la mesa «Migraciones, políticas, justicia y derechos humanos».
- En el panel también participaron Elisa Ortega Velázquez, del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM; Genoveva Roldán Dávila del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM y Leonardo Curzio, del Centro de Investigaciones sobre América del Norte.
Los migrantes mexicanos en Estados Unidos se dedican a más de 500 ocupaciones diferentes, en más de 3 mil condados de la Unión americana, de acuerdo con un estudio presentado en El Colegio Nacional como parte del X Encuentro Libertad por el saber, dedicado a las «Migraciones».
Durante el conversatorio «Migraciones, políticas, justicia y derechos humanos», Laura Vázquez Maggio, doctora en Economía, adelantó algunos resultados del estudio «Las comunidades mexicanas en los Estados Unidos en la actualidad», que próximamente será publicado.
Las ocupaciones de los connacionales en Estados Unidos, dijo, se distribuyen en 25 grandes grupos: «Son ocho millones de personas, la gran mayoría —un número muy importante de los nacidos en México— están ocupados. Más de un millón, un millón 295 mil están en la construcción; casi un millón de personas en limpieza y mantenimiento de edificios y terrenos; 854 mil en transporte y movimiento de materiales; 815 mil en producción, después actividades relacionadas con la preparación y el servicio de alimentos, oficinas, esto es muy valioso: saber en la actualidad en qué trabajan».
El panel, coordinado por los juristas José Ramón Cossío y Diego Valadés, ambos miembros de El Colegio Nacional, contó también con la participación de la investigadora Elisa Ortega Velázquez, del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM; Genoveva Roldán Dávila del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM y Leonardo Curzio, del Centro de Investigaciones sobre América del Norte, también de la Máxima casa de estudios.
Vázquez Maggio refirió que el estudio fue realizado junto con colegas de la Secretaría de Relaciones Exteriores y tomó como base tres estudios estadounidenses: la base de datos de la red consular; la base de datos de la American Community Survey, la encuesta más importante sociodemográfica que se hace en los Estados Unidos; así como entrevistas cualitativas a los consulados en Estados Unidos durante 2024.
«Lo más novedoso y lo rico de este estudio es haber podido mapear el estado de origen y también a niveles de condados. Los principales estados de origen en México son Michoacán, Guerrero, Guanajuato, Oaxaca y Puebla, y después hicimos gráficas en donde se puede mirar, de las personas que emigran de Michoacán, ¿a dónde van? Bueno, 43.9% van a California y después Illinois. Por ejemplo, de los que emigran de Guanajuato, principalmente a Texas, y los guerrerenses principalmente van a California, Texas».
Genoveva Roldán Dávila compartió que, en 2024, «el número de migrantes internacionales en todo el mundo ascendía a 304 millones de personas, cifra que casi se ha duplicado desde 1990, cuando se estimaba que había 154 millones de migrantes, su proporción en la población mundial es apenas de un 3.7 por ciento».
«¿Cuánta es la proporción de esa población que está migrando del total de la población mundial? Y empezamos a insistir, pues que es muy baja. ¿Cuál es el problema entonces si apenas es un 3.7% de la población mundial? No se ha globalizado la migración, que eso era lo que nos decían, se regionalizó, se profundizó una regionalización de las migraciones que ya existía previo a los años ochenta. Y lo que se hace es desarrollarse y profundizarse aquellos sistemas migratorios de gran trascendencia histórica, como puede ser el caso de la migración México-Estados Unidos», dijo.
Roldán Durán agregó que la fuerza laboral de las mujeres migrantes ha crecido: «Hay un porcentaje mayor de mujeres dentro y fuera de la fuerza laboral en Estados Unidos, por lo tanto, se necesitan mujeres migrantes. La estructura laboral de los hogares biparentales en Estados Unidos ha incrementado que ambos miembros de la pareja son parte de la fuerza laboral».
«Las mujeres siempre hemos estado en el mercado laboral, pero determinadas por las condiciones que el capitalismo determina. Nos sacan y nos meten del mercado laboral según las necesidades que ellos establecen. Y aquí ya nada más diría que la proporción de latinas en la fuerza laboral femenina en Estados Unidos se ha duplicado. Para mí esto es lo que dice que se han feminizado las migraciones», opinó.
Ser niño migrante, doble exclusión
La construcción de la política pública desde una mirada adulta invisibiliza prácticamente a la niñez y, tratándose de infantes que migran, la exclusión se da por dos vías, consideró la abogada Elisa Ortega Velázquez, durante su intervención. «El adultocentrismo no solamente es una categoría sociológica, como normalmente se estudia, sino también es una forma de poder que impide pensar a la niñez como sujeto político y jurídico pleno.
“Cuando esta condición de infancia o de minoría de edad se cruza con la de migrante, entonces tenemos una doble exclusión. ¿Por qué? Porque la niñez se invisibiliza y el ser migrante se criminaliza», considero la especialista. En este doble desplazamiento, enfatizó, «los niños migrantes dejan de ser niños y destinatarios de protección y se convierten en símbolos de amenaza, de carga, de desviación, de sospecha».
El problema, argumentó, es que tanto la justicia como la política se construyen desde una mirada adulta «que define qué es lo mejor para los niños, pero sin escuchar su voz. Hemos tratado de cambiar ese paradigma desde la adopción de la Convención sobre los Derechos del Niño hace ya más de 30 años, pero la realidad es que las personas adultas sean jueces o funcionarios deciden, interpretan, tutelan y representan a la niñez. Los niños migrantes, en el caso que nos ocupa, en cambio, rara vez son escuchados como sujetos de derechos, como sujetos de palabra, de experiencias».
«Su voz es medida, su relato traducido y su agencia política es suprimida. Obviamente se hace caso omiso del principio de autonomía progresiva que es uno de los ejes rectores que deberían de guiar el trato a la niñez y a las adolescencias», lamentó.
Para la jurista, el tema va más allá y plantea los límites morales del Derecho: «Me parece que la niñez migrante no es sólo un tema humanitario, sino es el síntoma más claro de la crisis del derecho contemporáneo. En esta crisis se cruzan política, administración de la vida y la producción de vidas desechables. Entonces, si tenemos este panorama que es bastante sombrío, y me parece que deben de estar decepcionados que una jurista les esté hablando así del derecho, pues me parece que necesitamos repensar una justicia migratoria infantil que no solamente sea una categoría teórica, sino una práctica transformadora. No basta con hablar sobre niños, es necesario hablar con ellos», afirmó.
Leonardo Curzio se refirió a la política de Donald Trump: «La agenda de la indignación en Estados Unidos va desde la migración hasta la globalización, el exponencial avance de las tecnologías que cambia las relaciones productivas, e incluso la manera cómo nos comunicamos. Y, por supuesto, también hay que tener en cuenta en este esfuerzo enorme por simplificar las cosas, que en este caso desemboca de manera casi natural en la creación de chivos expiatorios».
«En los Estados Unidos esa carga negativa, es decir, la culpa, la tienen esencialmente los migrantes. Es importante recordar que, en los últimos años, en Europa –donde también el problema es muy profundo y se ha centralizado en la estigmatización de la migración–, se contabilizan alrededor de 65 millones, efectivamente, de migrantes; la población migrante, en este caso de Estados Unidos, es alrededor de casi el 16% de su población y eso para algunos empieza a ser un tema de convivencia y de procesamiento».
«De los migrantes que llegaron a Estados Unidos en los últimos años, 12 millones eran compatriotas nuestros y más de 8 millones de venezolanos», dijo.



