Para apoyar en la implementación de programas de conservación de la diversidad biológica del desierto chihuahuense, investigadores del Instituto Politécnico Nacional (IPN) emplean técnicas moleculares para la identificación y caracterización de especies vegetales en estado vulnerable debido al comercio ilegal, cambios de uso de suelo y condiciones ambientales adversas.
En el Laboratorio de Biomedicina Molecular del Centro de Biotecnología Genómica (CBG), liderado por el doctor Mario Alberto Rodríguez Pérez, la investigadora Lihua Wei lleva a cabo la secuenciación de los fragmentos amplificados de ADN (denominados códigos de barras de la vida) de tres familias de plantas desérticas: Fagaceae, Agavaceae y Cactaceae.
La doctora Wei explicó que los códigos de barras de la vida son secuencias cortas de ADN estándar provenientes de genomas nucleares u orgánulos que permiten identificar de una manera rápida y precisa material desconocido para entender la diversidad genética y nomenclatura taxonómica de las especies.
“Los códigos son asignados a una especie de planta en particular; este código es único, por lo tanto se utiliza para identificar, de manera precisa, la planta, órganos o tejidos de la misma”, agregó.
Dijo que una de las barreras técnicas para la implementación de un programa de conservación es la correcta identificación y caracterización morfológica de las plantas o de partes del material vegetal. De ahí la necesidad de avanzar en la secuenciación para concretar la identificación, diversidad genética y sistemática molecular de las especies.
Conjuntamente con el Dr. Miguel Ángel Pérez Rodríguez del Departamento de Botánica, de la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro (UAAAN) de Saltillo, Coahuila, se lleva a cabo la colecta, identificación del material y extracción del ADN que se usa para amplificar las secciones correspondientes a los códigos de barras de la vida mediante una técnica llamada Reacción en Cadena de la Polimerasa (PCR).
La doctora Lihua Wei comentó que en el CBG del Politécnico se realiza la secuenciación de los productos de PCR (amplicones). “Mediante estudios bioinformáticos, las secuencias resultantes son analizadas para determinar si los códigos de barras de la vida son capaces de separar las especies estudiadas. Cuando éste es único, se le asigna un número de identificación del código”.
La científica politécnica informó que el equipo de investigación ha recolectado 160 muestras de 32 especies diferentes: cuatro especies de agaves, 16 especies de cactáceas y 12 especies de encinos. Indicó que llevaron a cabo la extracción del ADN y verificaron su calidad.
Expresó que los resultados permitirán la construcción de una base de códigos de barras de la flora del desierto chihuahuense, aplicarlos para la separación de las especies y lograr el descubrimiento de especies muy emparentadas. Este conocimiento, finalizó Lihua Wei, impactará en la conservación y manejo de la riqueza biológica de la región.