El plástico y la dependencia que ha generado en la humanidad lo ha convertido en un gran problema, por ello existe gran interés en encontrar formas de convertir plantas corrientes en biocompuestos sostenibles y con un rendimiento mecánico similar al de la madera procesada y los plásticos convencionales.
La investigadora Eleftheria Roumeli y sus colegas del Instituto de Tecnología de California (Estados Unidos) han descubierto una manera de convertir las células de las plantas de tabaco en un material muy fuerte con propiedades similares a la madera.
La doctora Roumeli señala que han desarrollado un método para crear materiales biocompuestos naturales basados en células vegetales, su rigidez y resistencia superan a la de los plásticos comerciales de densidad similar, como el poliestireno, y el polietileno de baja densidad, y al mismo tiempo son completamente biodegradables.
De acuerdo con la investigadora, el método de fabricación es sencillo: El equipo cultiva células de la planta herbácea Nicotiana tabacum en suspensión líquida en laboratorio. Esta planta ampliamente cultivada produce hojas que se procesan para crear tabaco. Sus células han sido muy estudiadas y están fácilmente disponibles para los investigadores. Algunas líneas celulares, como la BY-2, pueden multiplicarse 100 veces en una semana cuando crecen en suspensión.“
na vez cultivadas las células, el equipo las cosecha y las comprime en un molde permeable, posteriormente calienta el material deshidratado lo que provoca que las microfibrillas cambien de fase y formen estructuras cristalinas. De esta manera, el material obtenido es un biocompuesto, una mezcla heterogénea de biopolímeros sintetizados de forma natural.
Lo más atractivo de este material es que es increíblemente resistente. “El equipo midió sus propiedades mecánicas y lo comparó con maderas blandas como el pino; maderas duras como el álamo, el roble y el nogal; y con el contrachapado comercial y el MDF. También lo compararon con plásticos sintéticos de densidad similar, como el poliestireno, el polipropileno y el polietileno de baja densidad. Los resultados confirman sus ventajas. La investigación señala que el rendimiento mecánico de nuestros biocompuestos es comparable al de las maderas y plásticos de ingeniería comercial”, menciona Roumeli.
En lo que respecta a la sostenibilidad, la investigadora y su equipo enterraron muestras en un suelo agrícola junto con un poco de madera común. Ambas muestras ganaron peso al absorber agua del suelo y posteriormente las dos se acabaron descomponiendo de forma natural.
El artículo académico está publicado en arXiv.org (Cornell University)
https://arxiv.org/abs/1909.01926
Fuente: MIT Technology Review