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Una oportunidad

“Es tiempo de transformación y es tiempo de mujeres” fue una de las frases que la doctora Claudia Sheinbaum dijo el pasado 15 de agosto luego de haber recibido la constancia por parte del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), que la acredita como presidenta electa de los Estados Unidos Mexicanos. Una fecha que ya quedó inscrita en la historia de nuestro país.

Al día de hoy, México ya tuvo sesenta y cinco presidentes hombres previos y apenas es hasta 2024 que ya podemos decir presidenta y esto fue luego de la decisión de las y los ciudadanos expresada en las urnas el pasado 2 de junio.

“Y no me cansaré de repetir que no es un triunfo individual. El día de hoy llegamos todas. La llegada de la primera mujer presidenta repito, no es un triunfo individual. El pueblo de México tomó la decisión de que continuara la transformación y que fuera tiempo de mujeres”, agregó la doctora Sheinbaum en el Teatro Metropólitan.

Las palabras de la presidenta electa obligan a hombres y a mujeres no solo a revisarlas, sino a tenerlas como una referencia recurrente para el futuro porque en lugar de dar un discurso triunfalista, hizo una reflexión colectiva del papel de las mujeres en la historia de México, como nación independiente y soberana, un papel que por mucho tiempo fue anulado ¿Por quién? Por la misma sociedad.

Hace poco leí una columna en donde se hablaba de una pregunta de la Encuesta Mundial de Valores (https://www.worldvaluessurvey.org/WVSOnline.js), un proyecto global que inició en 1981 en el que participan científicos sociales aplicando encuestas en casi 100 países y este texto hacía referencia a una frase incluida en las preguntas de la encuesta:

“Los hombres son mejores líderes políticos que las mujeres”. Eso decía parte de la pregunta que me llamó más la atención ¿Cómo se respondió esta pregunta en México?

En el periodo comprendido de entre 2017- a 2022 un 46.6% de los encuestados discrepó con esta premisa mientras que 29.2% estuvo en total desacuerdo con la frase. Es decir, casi 76% de los encuestados en este periodo ha expresado estar a favor de la participación de las mujeres en la política.

Sin embargo, 7.4% de los encuestados respondieron estar totalmente de acuerdo, mientras que 16.5% aceptó esta premisa. Es decir, 23.9% de los participantes están de acuerdo en que un hombre es mejor líder que una mujer y dentro del grupo de quienes piensan que un hombre es mejor líder que una mujer no sólo hay  hombres, también hay mujeres.

Y aquí habría que revisar con detenimiento esta circunstancia. Hay quienes aseguran, hombres y mujeres, que las mujeres han tenido las mismas oportunidades de participar en política, pero pierden de vista que tuvieron que pasar dos siglos para que México tuviera una presidenta, con a.

Sufragistas mexicanas

Y es que si las mujeres fueron borradas de la historia es porque la sociedad mexicana ha fomentado el machismo y la convivencia bajo el régimen patriarcal en donde el hombre es la cabeza de la familia, la mujer se dedica al hogar y los hijos tienen “privilegios” sobre las hermanas mujeres, principalmente para estudiar. O si son ellas las jefas de familia en muchos casos el hombre se desentiende de la responsabilidad por completo. O lo que es peor, el trabajo que hace la mujer de segunda y tercera jornada en casa, no existe. No es reconocido.

Esto ha provocado que en muchos ámbitos no haya presencia de mujeres y hombres de forma igualitaria, uno de ellos es la política.

La repetición del régimen patriarcal se da en el hogar y muchas mujeres, sin ser conscientes de ello, lo replican día a día. Se viven educaciones familiares injustas e inequitativas que van repitiendo los patrones en niños y niñas que después se convertirán en mujeres y hombres.  Eso explica que una quinta parte de la población asegure que en política es mejor un hombre que una mujer.

Pero no es solo eso, la misma sociedad machista ha alimentado al colectivo que las mujeres no podemos trabajar en equipo: “mujeres juntas, ni difuntas” o que entre nosotros siempre nos atacamos: “el peor enemigo de una mujer es otra mujer”.

Yo no estoy de acuerdo y no actúo así; sin embargo, si me ha tocado vivir en carne propia la falta de empatía de otras mujeres. ¿Esto va a cambiar con la llegada de la doctora Sheinbaum a la presidencia? No. Hace falta mucho trabajo y mucha difusión para que esto permee de forma más acelerada en la sociedad.

Quienes sin duda van a jugar un rol crucial son las mujeres del gabinete y las funcionarias que se incorporen en al gobierno que inicia el próximo 1 de octubre demostrando empatía con otras mujeres y apoyando a otras mujeres.

La apuesta es alta porque el pensamiento sexista está en todos los ámbitos. Durante el tiempo de las elecciones leímos y escuchamos a analistas, periodistas y columnistas mujeres afirmar que Claudia Sheinbaum solo obedece órdenes, demeritando su carrera política. Ahora, otras mujeres están tratando de minimizar la llegada de una mujer a la presidencia. Como ejemplo menciono la publicación en la red social X que hizo la senadora de Acción Nacional Lily Téllez:

Que México tenga a una mujer en la presidencia es asunto secundario frente a las retrógradas y peligrosas mentiras marxistas que ella avala por encima de la ciencia y la razón.

No deseo éxito al proyecto de la Presidenta comunista, que privilegia al Estado sobre el individuo.

Por supuesto que tuvo opiniones a favor de hombres y también de mujeres.

Pero no solo en los medios “tradicionales” no se ha hecho eco de la importancia que tiene la llegada de una mujer a la presidencia de México ¿Por qué? Porque hay más hombres que mujeres en los medios tradicionales y se deja solo en el terreno de los derechos que una mujer pueda estar en la política y llegar a la presidencia, dejando invisible la lucha pública y privada que han hecho miles de mujeres para hacer esto posible durante décadas. Mujeres que como ya hemos comentado en otros espacios, unas públicas, conocidas y  otras anónimas, pero que desde el siglo XIX lucharon con todo por una vida más justa e igualitaria entre hombres y mujeres y que si vivieran al día de hoy estarían felices de saber que una mujer será presidenta de México.

Los ojos de la crítica van a estar muy pendientes de lo que haga el próximo gobierno. Y de nuestra próxima presidenta. Se necesitan los mejores perfiles para acompañar y cumplir con el compromiso que hizo la doctora Claudia Sheinbaum en el TEPJF:

“Hago el compromiso de no defraudar y de poner todo mi empeño, mi conocimiento, mi corazón, mi esfuerzo, mi voluntad y hasta la vida misma para servir a mi Patria y a mi pueblo”.

La llegada de la doctora Sheinbaum es un parteaguas, un momento que se puede aprovechar para avanzar con mayor rapidez hacia la igualdad de derechos con funcionarias y funcionarios que tengan perspectiva de género.

Esperamos lo mejor, pero si algo no sale bien, porque siempre pueden haber errores, se señale y se sancione cualquier acto inadecuado.  No se puede perder el tiempo con personas que no tengan claro que a partir de octubre vamos a tener un gobierno feminista. Y tener en cuenta que estos seis años serán la semilla para la transformación de un México machista y desigual con las mujeres a un México más equitativo e igualitario en la realidad, no en el discurso, para las mujeres.

Yo sí quiero que a la doctora Claudia Sheinbaum le vaya bien y que le vaya bien a México.  #EsTiempoDeMujeres.

By Bertha Alicia Galindo

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