El jefe de la Organización Mundial de la Salud dijo este lunes que el mundo estaba al borde de un “fracaso moral catastrófico” en compartir la distribución de vacunas, instando a los países y fabricantes a distribuir las dosis de inyecciones contra el Covid-19 de manera más justa en todo el mundo.
“Este enfoque de ‘yo primero’ no solo deja en riesgo a los más pobres y vulnerables del mundo, sino que también es contraproducente”, dijo el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, en la inauguración de la reunión anual del Consejo Ejecutivo del organismo.
LIVE: @DrTedros' opening remarks at the #EB148. https://t.co/9HyDVXgyUT
— World Health Organization (WHO) (@WHO) January 18, 2021
En última instancia, estas acciones solo prolongarán la pandemia”, enfatizó.
Tedros dijo que las perspectivas de una distribución equitativa estaban en “grave riesgo”, precisamente cuando su programa de intercambio de vacunas COVAX tenía como objetivo comenzar a distribuir las vacunas el próximo mes.
Señaló que el año pasado se firmaron 44 acuerdos bilaterales y que al menos 12 se suscribieron este año.
“Esto podría retrasar las entregas de COVAX y crear exactamente el escenario que COVAX busca evitar, con acaparamiento, un mercado caótico, una respuesta descoordinada y una disrupción social y económica continua”, dijo.
El director de la OMS instó a los países a evitar los mismos errores cometidos durante las pandemias de H1N1 y VIH.
La lucha mundial por las vacunas se ha intensificado a medida que circulan variantes del virus más infecciosas.
Tedros dijo que se habían administrado más de 39 millones de dosis de vacunas en 49 países de ingresos más altos, mientras que un país pobre solo se habían administrado 25 dosis.
Un delegado de Burkina Faso, en nombre del grupo africano, expresó su preocupación en la reunión de que algunos países hubieran “recogido” la mayoría de los suministros.
Los observadores dicen que esta reunión, que durará hasta el próximo martes, es una de las más importantes en los más de 70 años de historia de la agencia de salud de la ONU y podría dar forma a su papel en la salud mundial mucho después de que termine la pandemia.
En la agenda está la reforma del organismo así como su sistema de financiamiento, que se reveló como inadecuado luego de que su mayor donante, Estados Unidos, anunciara su retiro el año pasado.
“La OMS tiene que seguir siendo relevante y (…) tiene que salir de esta crisis con más fuerza que antes”, dijo la semana pasada el vicepresidente del Consejo Ejecutivo de la OMS, Bjoern Kuemmel, de Alemania.