La celebración del Día Mundial de los Océanos es un llamado de atención y una alerta sobre la situación de estos ecosistemas marinos a consecuencia de las actividades humanas, por lo que deben emprenderse acciones urgentes para la protección de este invaluable recurso para la vida del planeta, coincidieron expertos al participar en el ciclo Diálogos Ambientales en Sana Distancia, que organiza la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales.
En este marco, los panelistas abordaron el tema: Océanos y transición socioambiental en México. Al explicar la importancia los océanos, la directora general del Instituto Nacional de Cambio Climático, Amparo Martínez Arroyo, recordó que los ecosistemas marinos ocupan la mayor parte de la superficie terrestre, pero además, como sumideros de carbono, absorben el 23% de las emisiones de bióxido de carbono (CO2).
Mares y océanos, explicó, son reguladores del clima por excelencia. De ahí la gran preocupación por el calentamiento de sus aguas, su acidificación, la pérdida de oxígeno y la contaminación que compromete el gran servicio ambiental de absorber las emisiones de contaminantes.
Alertó sobre uno de los mayores impactos del cambio climático: la afectación de las zonas costeras que han ido perdiendo superficie de playa, por lo cual las políticas de adaptación deben estar claras, tanto para estas áreas, como para las poblaciones insulares.
Por ello, explicó Martínez Arroyo, como parte de las Contribuciones Nacionalmente Determinadas (NDC), se trabaja en la instrumentación de algunas acciones para la conservación de los recursos, la capacidad de captura de dióxido de carbono y, sobre todo, de adaptación de la población vulnerable.
El director general de Conservación para el Desarrollo de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, César Sánchez Ibarra, reveló que ante el crecimiento que tendrá la población mundial en los próximos años, los océanos son clave para atender la demanda de alimentos, por lo que su protección debe ir acompañada de una estrategia que garantice su aprovechamiento sustentable y su salud.
Recordó que México destacó recientemente por ser uno de los primeros países en aplicar una política agresiva para alcanzar las metas de Aichi, lo que se tradujo en la consolidación de 182 Áreas Naturales Protegidas (ANP), de las cuales 37 son marinas, lo que representa una acción importante si se tiene presente que el 95% de los mares mexicanos tiene actividad pesquera.
Sin embargo, esta medida ha sido insuficiente, ya que la ausencia de una estrategia para proteger y aprovechar los recursos marinos mexicanos ha derivado en que 30% de las embarcaciones pesqueras ya rebasaron el límite sostenible, 70% de las pesquerías alcanzaron su aprovechamiento máximo y están en umbrales de deterioro, 20% están degradadas y 94% de éstas carecen de potencial de desarrollo.
Es prioritario entonces establecer planes de acción estratégica e instrumentos de gestión orientados al cuidado del mar que complementen o refuercen el trabajo de las ANP, ya que, según documenta la Conabio, se han atendido muchos de los 105 sitios prioritarios para la conservación de la biodiversidad marina en México, pero otros continúan pendientes. En ese sentido, subrayó que no se trata de tener muchas ANP, sino de manejarlas de manera eficiente en beneficio de las especies marinas y de quienes aprovechan sus recursos.
Sergio Cerdeira Estrada, Subcoordinador de Monitoreo Marino de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), habló del Sistema de Información y Análisis Marino-Costero, desarrollado por la Conabio que aporta geointeligencia bioinformática para el conocimiento y la conservación de los mares y costas.
Este sistema, dijo, ha sido de utilidad no sólo para el país sino para toda la región del Gran Caribe y el Pacífico Nororiental Tropical, ya que permite consolidar redes de monitoreo marino y sistemas de información regionales y globales relacionados con la biodiversidad marina e impulsa un intercambio de datos.
Mencionó entre los grandes temas que han desarrollado las condiciones ecológicas de los ecosistemas marinos costeros, los florecimientos algales marinos como el sargazo pelágico y el fitoplancton, así como las bases de datos in situ.
Este sistema dijo, constituye una herramienta de apoyo para las estrategias e iniciativas desde el ámbito local al global para la conservación y restauración de ecosistemas marino-costeros.
Julio Arturo Gorbea Barcelata, coordinador Interinstitucional de Investigación Oceanográfica en la dirección general adjunta de Oceanografía, Hidrología y Meteorología de la Secretaría de Marina, destacó la importancia de establecer comisiones intersecretariales para investigar y formar estrategias complementarias para el manejo sustentable de mares y costas.
Explicó que la necesidad de garantizar el uso responsable de los recursos marinos del país impulsó la creación de las comisiones Intersecretarial para el Manejo Sustentable de Mares y Costas (Cimares) y Nacional Coordinadora de Investigación Oceanográfica (Conacio), las cuales, con el apoyo de investigación científica, han coadyuvado a la protección de los mares y océanos de México mediante acciones alineadas al Plan Nacional de Desarrollo.
La labor de Cimares ha permitido que nuestro país cuente hoy con una política nacional de mares y costas, cuyo objetivo es mejorar la situación de las zonas marinas y costeras de México, mediante una gestión que induce al desarrollo económico y social sin menoscabo del patrimonio natural de estas regiones, con el apoyo de las secretarías de Medio Ambiente y Recursos Naturales, de Economía, de Relaciones Exteriores y de Marina.
En tanto, Conacio contribuye en el análisis, propuestas y coordinación de las acciones y actividades de las dependencias y entidades de la Administración Pública Federal en materia de investigación oceanográfica, para atender problemas como los de la contaminación marina por plástico y la arribazón atípica de sargazo a costas del Caribe Mexicano, cuyas recomendaciones han sido enviadas a Semarnat.
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Con información de Semarnat, Comunicado de Prensa Núm.89/20