“La deportación sin el debido proceso es simplemente secuestro, apoyamos a nuestra comunidad migrante”, decía uno de los cientos de mensajes que alzaron manifestantes de la marcha “No tenemos reyes” o “No Kings” en Nueva York, una de las 2,000 convocadas en todo Estados Unidos.
“¡Dinero para trabajos y educación, no para guerra y deportaciones!” fue una de las arengas que repetían los miles de manifestantes, alrededor de 50,000, según estimaciones de algunos organizadores, quizás 20 ó 25,000, calculó una oficial del NYPD que prefirió no decir su nombre.
“En la última protesta llegaron más de 150,000 personas, esperamos casi lo mismo”, dijo Erin, de la organización Indivisible, una de las decenas que convocaron a manifestantes en todo el país.
La música fue una constante, desde tambores, sonidos de jazz y canciones de rock cuyas frases cayeron como anillo al dedo para los manifestantes: “¡No lo vamos a aceptar de nuevo, no lo vamos a aceptar de nuevo”, gritaba un grupo a ritmo de la famosa canción de Twisted Sister, “We’re not gonna take it”.
La convocatoria se originó hace varias semanas, pero en las últimas dos cobró mayor relevancia tras las las redadas de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) que desataron protestas en Los Ángeles, California, donde las personas fueron replegadas con balas de goma y gases lacrimógenos. El presidente Trump respondió con el despliegue de 4,000 elementos de la Guardia Nacional y 700 miembros de la Marina, abriendo un nuevo debate sobre el abuso del poder y la “federalización” de la Guardia Nacional, como indica el Brennan Center for Justice.
La lluvia sabatina no espantó a la gente, que llevó sombrillas, pero la mayoría portaba chamarras impermeables y ponchos de plástico que se vendían por $5 dólares.
Hubo gente que acudió desde Long Island, como una familia de ocho miembros con dos niños, quienes tomaron el Long Island Rail Road (LIRR), el tren, hacia Penn Station en Manhattan. “La salud no es una estadística”, decía uno de los mensajes escritos en cartulina protegida con plástico que llevaba la familia. Cada manifestante se unió por una causa distinta y encontró en la protesta gente a quien le preocupa esa causa, ya sea la educación, la violación al Estado de derecho, las redadas indiscriminadas de ‘La Migra’, los recortes a programas de salud o el intento del presidente Trump de controlar tanto como pueda, como si fuera un rey.
“Queremos que todos, cualquiera que esté molesto con esta administración por sus propios motivos, sea bienvenido a nuestra plataforma”, dijo Erin. “Queremos una coalición grande y amplia de personas, por cualquier motivo, a lo que quieran decir que no, que se unan”.
“No tenemos reyes, dijo Erin, es el mensaje que se desea enviar al presidente Trump.