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Negligencia vs Solidaridad

Por: Bertha Alicia Galindo

Desde hace varios años México vive condiciones de sequía en una gran parte del territorio. Una de las consecuencias de la sequía que estamos padeciendo ahora, son los incendios forestales. En este momento hay más de 70 incendios activos en nuestro país.

A finales del mes de marzo,  se registraron fuertes incendios en las Altas Montañas de Veracruz, zona ubicada en la zona centro del estado.

En la mañana del domingo 24 de marzo, el cielo en el Valle de Orizaba se empezó a teñir de color naranja. A través de las redes sociales se alertó a la población que se estaban quemando los cerros en tres municipios: Huiloapan, Ciudad Mendoza y Maltrata.

En ese momento, en la zona había lo que se conoce en esa región como “Surada”, un viento que viene del sur y sureste que se caracteriza por vientos intensos y secos, que con gran fuerza y en poco tiempo, alimentaron aún más el fuego en estas montañas.

Era tal la intensidad de los incendios que la autopista Puebla – Veracruz tuvo que ser cerrada por varias horas debido a que el humo impedía la visibilidad en la carretera a los automovilistas.

Se supo que hubo movilización de los cuerpos de emergencia locales para mitigar el fuego. Las labores iniciaron; sin embargo, por la noche el fuego se extendió. Las imágenes y videos publicados en redes sociales daban cuenta de la magnitud.

Una emergencia siempre provoca caos. Esta no fue la excepción. Sin embargo, las emergencias también pueden ser el detonador para movilizar a la sociedad civil, como lo fue en la zona centro de Veracruz.

Al mismo tiempo que el incendio crecía en las montañas, la chispa de la solidaridad se encendió. A través de las redes sociales se empezaron a organizar brigadas de voluntarios, que con sus propios recursos se trasladaron a las zonas afectadas con palas, picos, machetes y azadones para abrir brechas cortafuego. No subieron solos, con la guía de los pobladores, que conocen los cerros como la palma de su mano, subieron para enfrentarse al fuego.

Por varias horas, las brigadas de los voluntarios, soportaron un calor infernal, luchando contra el fuego que por momentos cedía y en otros arreciaba avivado por los fuertes  vientos que no pararon.

Abajo, en las faldas de las montañas, de diversos puntos del valle llegaba la ayuda para los brigadistas: la comida preparada, agua y sueros que eran llevados montaña arriba para que los voluntarios descansaran un poco y tomaran algo de alimento.

A los cuerpos de emergencia se sumaron elementos del Ejército. El fuego no cedía y para ese momento varias hectáreas ya se habían quedado reducidas a cenizas.

La ayuda siguió llegando, la sociedad veracruzana continuó llevando agua, comida, ropa y artículos de higiene para los habitantes de las comunidades cercanas a los incendios y que habían sido trasladadas a albergues.

Para distribuir los apoyos, a través de redes sociales se pedían enseres y comida, otras personas respondían que contaban con lo solicitado y otros se ofrecían a trasladarla.

Al mismo tiempo, una influencer regiomontana con millones de seguidores anunció que llevaría apoyos para combatir los incendios y lo cumplió. Cuatro días después, Karely Ruiz arribó al municipio de Tecamalucan con dos camiones de herramientas. Sobra decir que su presencia puso a las Altas Montañas en todos los medios nacionales.

Al igual que ella, otros influencers se desplazaron para llevar apoyos. El combate al fuego siguió en varios frentes.

El 26 de marzo el gobernador de Veracruz dio a conocer que la causa de los incendios había sido una quema agrícola irresponsable. Se están haciendo investigaciones para fincar responsabilidades.

Al día siguiente se dio a conocer que la policía municipal de Nogales había recibido denuncias de que sujetos desconocidos estaban intentando avivar los incendios. De ser cierto, esto fue un sinsentido ante la tragedia que ya se vivía.

El 28 de marzo, por fin llegó la lluvia a la zona, agua que ayudó en la lucha contra los incendios.

Finalmente, luego de 10 días de haber iniciado el fuego, el miércoles 3 de abril la Secretaría de Protección Civil de Veracruz anunció que los incendios ya estaban liquidados.

¿Cuál es la evaluación inicial de los daños? 2 mil 500 hectáreas de árboles frutales, maderables y pastizales se quemaron.

Diez familias perdieron su vivienda y con ayuda de familiares y de la sociedad civil están reconstruyendo sus hogares. Se estima que 600 productores perdieron su fuente de empleo. Afortunadamente no se reporta la pérdida de vidas humanas.

¿Qué sigue? Primero hacer una evaluación de los daños, que no pueden cuantificarse solo con las hectáreas afectadas, se debe incluir a las especies que habitaban la zona tanto de flora y fauna.

Hay evidencia de animales sin vida que no pudieron escapar del fuego, otros quedaron heridos y los que encontraron refugio posiblemente no encontrarán alimento. Es una tragedia ecológica.

Sigue reforestar, las y los jóvenes combatientes de los incendios ya están prestos a para apoyar en esta labor. ¿Cuándo empezarán? El gobierno estatal ha dicho que podría iniciar en junio; sin embargo, la erosión del terreno es muy grande.  Habrá que ver si para junio ya quedó limpio  el terreno chamuscado y se ha recuperado la tierra.

Los incendios de 2024 en las Altas Montañas de Veracruz quedarán en la historia como uno de los más grandes y con mayores afectaciones. Pasarán años para que el ecosistema pueda recuperarse. Siguen los incendios en otras regiones del país. Es una llamada de atención para todos. No hagamos oídos sordos ante el llamado de la Naturaleza.

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By Bertha Alicia Galindo

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