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Las zonas más profundas del océano están comenzando a calentarse lentamente

El calentamiento global está comenzando a penetrar incluso en las partes más profundas de nuestros océanos.  

Si bien las superficies de estos vastos cuerpos de agua han absorbido la gran mayoría del calentamiento inducido por el hombre, a medida que circula el agua de mar, los preocupantes cambios se están abriendo camino lentamente hacia abajo.

Los científicos de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EEUU (NOAA) han detectado una tendencia al calentamiento en algunas de las partes más profundas del océano Atlántico sur.

Al analizar diez años de registros de temperatura en la cuenca argentina de 2009 a 2019, los investigadores encontraron que los cuatro sitios se calentaron en algún lugar entre 0.02 y 0.04 grados Celsius, dependiendo de la profundidad.

Uno de los dispositivos de grabación se ubicó a 4.757 metros (15.600 pies) por debajo de las olas y experimentó una sorprendente cantidad de variabilidad en el transcurso de un año.

“En años pasados, todo el mundo solía asumir que las profundidades del océano estaban inactivas. No había movimiento. No hubo cambios”, explica el oceanógrafo Chris Meinen, que trabaja para NOAA.

“Pero cada vez que miramos, encontramos que el océano es más complejo de lo que pensamos”. 

Parte de ese misterio tiene que ver con la ubicación. El océano profundo es, bueno, profundo, lo que significa que obtener datos del mundo real es todo un desafío, especialmente los datos a largo plazo.

Sin embargo, estimaciones recientes basadas en algunas mediciones y modelos climáticos han predicho que algunas partes de las profundidades del océano se están calentando a medida que el océano circula y revuelve el agua. 

Se descubrió que el Océano Austral, que está relativamente bien ventilado, experimenta estos cambios incluso más rápidamente que el Océano Norte. Ahora, los datos de la cuenca argentina ubicada frente a la costa de Uruguay sugieren que las cosas ciertamente se están moviendo rápidamente hacia el sur.

Cuatro dispositivos, amarrados al fondo de la cuenca, han revelado datos hora por hora, año tras año, sobre lo que realmente está sucediendo a un metro del lecho marino.

A profundidades menores de 1360 y 3535 metros (4460 pies y 11,600 pies), las temperaturas fluctuaron mucho más de lo que esperaban los científicos, y aunque estos cambios fueron algo menores en niveles aún más profundos, su patrón general coincide con lo que está sucediendo en la superficie.

Aún se desconoce cómo afectará eso en última instancia a los ecosistemas o al clima por encima de las olas, pero dada la importancia de la circulación oceánica y la temperatura para nuestro sistema climático global, no es exactamente una buena noticia.

Aún así, hay algunos aspectos positivos de este estudio. Los dispositivos sumergidos, amarrados en el fondo del océano profundo, se utilizan generalmente para recopilar datos sobre las corrientes oceánicas profundas, pero Meinen y sus colegas se dieron cuenta recientemente de que también estaban equipados con sensores de temperatura.

Los sensores habían estado registrando la temperatura todo este tiempo, y le permitió al equipo obtener una visión sin precedentes de lo súper profundo, aunque solo sea durante una década de calentamiento.

“Hay una serie de estudios en todo el mundo en los que se ha recopilado este tipo de datos, pero nunca se ha examinado”, dice Meinen.

“Espero que esto conduzca a un nuevo análisis de varios de estos conjuntos de datos históricos para tratar de ver qué podemos decir sobre la variabilidad de la temperatura del océano profundo”.

El estudio fue publicado en Geophysical Research Letters.

Con información de: Science Alert

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By  Alcanzando el Conocimiento

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