La pandemia de COVID-19 se ha cobrado más de 400,000 vidas en todo el mundo, según los datos recopilados por la Universidad Johns Hopkins.
Estados Unidos, con más de 109,000, representa más de una cuarta parte de esas muertes.
A nivel mundial, más de 6.9 millones de personas han sido infectadas con el coronavirus desde que los primeros casos conocidos comenzaron a surgir en la provincia china de Hubei a fines del año pasado. Los expertos de Johns Hopkins dicen que se espera que las infecciones superen los 7 millones a mediados de semana.
Estados Unidos ha registrado más de 1.9 millones de casos, pero en ciudades de todo el país, los manifestantes han dejado de lado los temores sobre el coronavirus en los últimos días para protestar por miles contra la brutalidad policial en protestas masivas provocadas por la muerte de George Floyd. Los expertos en salud pública han advertido que un aumento de nuevos casos podría seguir a las manifestaciones.
El Dr. Anthony Fauci, jefe del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas, dijo el viernes a una estación de radio de Washington DC que las protestas son un “escenario perfecto para una mayor propagación del virus”.
“Me preocupo mucho, al igual que mis colegas de salud pública, cuando ven este tipo de multitudes”, dijo Fauci a WTOP . “Ciertamente existe un riesgo. Puedo decirlo con confianza”.
A medida que continúan las manifestaciones, muchos estados avanzan con la promulgación de planes de reapertura para revitalizar sus economías, aliviando las restricciones establecidas para detener la propagación del coronavirus y permitiendo que más empresas abran sus puertas o expandan sus operaciones.
Los jugadores en Las Vegas pudieron regresar a los icónicos casinos de la ciudad el jueves cuando reabrieron el primer fin de semana desde que Nevada los cerró en marzo. Aunque el personal del casino se puso máscaras, los clientes no estaban obligados a usarlas y, según un informe de Associated Press , muchos no lo hicieron.
La ciudad de Nueva York, que ha registrado más casos que cualquier otra ciudad del país, está programada para ingresar a la primera fase de su reapertura el lunes. A otras partes del estado de Nueva York ya se les había permitido reducir las restricciones hace algunas semanas y algunas regiones incluso están entrando en la segunda fase.
Aunque se considera uno de los recuentos más completos de las infecciones y muertes por coronavirus, a menudo se reconoce que el rastreador Johns Hopkins se queda corto.
Los obstáculos a las pruebas, especialmente al principio de la pandemia, se han citado como una de las razones por las cuales las cifras de coronavirus pueden fallar al pintar una imagen verdaderamente precisa. Los funcionarios públicos y los gobiernos también han sido acusados de impedir la publicación de estadísticas precisas o incluso de reconocer la crisis.
En Brasil, superado solo por los Estados Unidos en número de casos, las acusaciones de encubrimiento siguieron a la eliminación de los totales de muertes e infecciones del sitio web del ministerio de salud el sábado. Jair Bolsonaro, presidente del país, calificó las cifras de engañosas y el ministerio ahora solo publica un recuento diario.
Bolsonaro se ha enfrentado repetidamente con expertos en salud pública durante la pandemia, incluidos sus propios ministros de salud, y un ministro renunció aproximadamente un mes después de que su predecesor fuera despedido. Según Johns Hopkins, en Brasil hay más de 672,000 casos y casi 36,000 muertes.
Rusia también ha despreciado a los expertos en salud pública con una cifra relativamente baja de muertes relacionadas con COVID-19 a pesar de tener el tercer número más alto de casos en el mundo. Los críticos han acusado al país de manipular sus cifras. Los funcionarios contrarrestan esas afirmaciones promocionando la respuesta del gobierno y el rigor en el que los médicos rusos certifican una causa de muerte.
Con información de: NPR.org
