En el Observatorio Astronómico Nacional San Pedro Mártir (OANSPM), a cargo del Instituto de Astronomía (IA) de la UNAM, se inauguró COLIBRÍ, un telescopio cuyo objetivo es observar objetos transitorios en el cielo nocturno; se integra a un proyecto vasto para estudiar los destellos de rayos gamma.
En la ceremonia, la coordinadora de la Investigación Científica de la UNAM, María Soledad Funes Argüello, afirmó que se trata de una herramienta que nos permitirá mirar más profundamente al cosmos y continuar con la misión de explorar los misterios del universo.
La científica destacó que el OANSPM ha sido durante años un baluarte para la ciencia en México y el mundo. “Este entorno único de cielos despejados ha brindado una ventana sin igual a las estrellas”.
COLIBRÍ, al igual que otros telescopios ahí instalados, es una herramienta de observación y un símbolo de colaboración, en esta ocasión entre las comunidades científicas de México y Francia, mostrando que “al sumar fuerzas se potencian nuestras capacidades individuales”.
Este proyecto nos recuerda que los avances son resultado del esfuerzo colectivo de generaciones y de la confianza entre colegas. Durante años, numerosas personas han contribuido a este sueño: científicos, ingenieros y técnicos, autoridades e instancias de financiamiento. “Gracias a todos por su incansable esfuerzo para que el telescopio sea una realidad”, expresó Funes Argüello.
En este caso, la palabra “colibrí” tiene dos sentidos: uno es el acrónimo de catching optical and infrared bright transients (detector óptico e infrarrojo de transientes brillantes), y el otro refiere a la pequeña ave que existe en México, la cual agita sus alas a gran velocidad y es capaz de hacer giros muy rápidos en distancias cortas.
Características únicas
Al hacer uso de la palabra, el director del Instituto de Astronomía (IA), Yair Krongold Herrera, explicó que los destellos de rayos gamma son las explosiones más energéticas en el universo y se producen durante la fusión de objetos estelares compactos, como estrellas de neutrones y agujeros negros, incluso durante la muerte de las estrellas más masivas.
Por sus características únicas, con una excelente cobertura espacial y su habilidad de poder posicionarse en su objetivo en menos de 20 segundos, COLIBRÍ ocupa un lugar único en el mundo que le permitirá estar a la vanguardia de los estudios del cielo transitorio por muchos años.
Además de estudiar los destellos de rayos gamma, será un telescopio fundamental para la llamada astrofísica de múltiple mensajero, identificando los objetos astronómicos que dan origen a las ondas gravitacionales, abundó.
Representa una gran colaboración entre ambas naciones; en el proyecto participan por México: la UNAM y el Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías; en tanto, por el país europeo: Université d’Aix-Marseille, el Centro Nacional de Estudios Espaciales y el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas.
“Cuando no esté investigando el cielo transitorio, COLIBRÍ servirá como una valiosa herramienta de observación para la comunidad astronómica”, precisó Krongold Herrera.
Por su parte, el Dr. Stéphane Basa, investigador responsable del proyecto en Francia, añadió que otra de las novedades del instrumento es la sensibilidad que posee el espejo del telescopio, el cual a pesar de la velocidad con que se mueve, no pierde detalles de su campo de visión. Asimismo, enfatizó en que el área de estudio de las explosiones energéticas que hay en el Universo es un campo relativamente nuevo dentro de la astronomía, por lo que este tipo de herramientas permitirán obtener resultados para entender mejor estos fenómenos.
“COLIBRI podrá ser usado por las comunidades científicas mexicanas y francesas. Además se podrá estudiar la actividad galáctica, grupos de galaxias y mucho más”, agregó.
María Soledad Funes y la embajadora de Francia en México, Delphine Borione, develaron una placa.
Unión de naciones
En tanto, la embajadora de Francia en México, Delphine Borione, mencionó que una característica de los proyectos de observación astronómica es que permiten unir a las naciones; “hay pocos lugares en el mundo donde pueden realizarse en buenas condiciones, y las herramientas utilizadas son extremadamente caras”.
COLIBRÍ reúne a eminentes investigadores de los dos países, hecho que lo constituye en ejemplo de la diplomacia científica que Francia trata de impulsar más allá de sus fronteras. “Permitirá ir más lejos en el desciframiento de la infancia del universo; por el momento no hay otros instrumentos equivalentes en el mundo”, señaló.
Por su parte, el investigador principal del proyecto en México, William Lee Alardín, recordó que éste comenzó hace 15 años con una visita del entonces director del IA, José Franco, a Francia, con motivo del Año Internacional de la Astronomía. Durante el tiempo ha habido continuidad en el trabajo para llegar a este momento.
Este tipo de iniciativas, subrayó, son importantes para satisfacer la curiosidad de los científicos y porque “queremos un mejor desarrollo, que implica una educación, economía, tecnología y bienestar óptimos para la población”.
El también coordinador de Relaciones y Asuntos Internacionales de la UNAM, agradeció a sus colegas y al equipo del OAN-SPM que lleva a cabo la operación de este sitio único en el mundo para la investigación científica y para la Universidad desde hace décadas.
Más adelante, Sylvette Tourmente, representante en Norteamérica del Consejo Nacional para la Investigación Científica de Francia, se refirió a la relación de confianza entre la comunidad científica mexicana y francesa. “Sé que obtendrán investigación innovadora que nos ofrecerá una nueva visión del universo y de los objetos transitorios”.
En la ceremonia, asistieron además el investigador y exdirector del IA, Jesús González González; y el director general de Obras y Conservación de la UNAM, Gonzalo Guerrero Zepeda, entre otros.