La nación mexicana nació a la vida independiente al tenor de lo dispuesto en el Plan de Iguala, proclamado el 24 de febrero de 1821, suscrito por Agustín de Iturbide, y luego jurado por las fuerzas insurgentes bajo el mando de Vicente Guerrero. A propósito del bicentenario de este hecho histórico, la LXIV Legislatura de la Cámara de Diputados organizó un ciclo de conferencias, inaugurado este lunes.
La sesión virtual fue presidida por los presidentes de la Junta de Coordinación Política del Senado de la República y de la Comisión de Cultura y Cinematografía de la Cámara de Diputados, Ricardo Monreal Ávila y Sergio Mayer Bretón, respectivamente, quienes reconocieron la necesidad de reflexionar sobre las causas y consecuencias del Plan de Iguala, el cual consagró el carácter soberano de México, el catolicismo como religión única y la ciudadanía de todas las castas sin distinción alguna. Estos tres principios conformaban las “Tres Garantías”.
El senador Ricardo Monreal recordó que el Plan de Iguala sería desconocido por el Constituyente de 1823, dando paso a la defensa del federalismo en México, una transición que desembocaría en la primera constitución federal de México, en 1824, en la que se reconoció la conformación del territorio de estados soberanos. “Por eso podemos decir que la vida del Plan de Iguala fue corta, pero su impacto en la formación del México independiente y sus diversas lecciones son profundas”, manifestó.
El director general del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Diego Prieto Hernández, fue invitado a abrir estas jornadas académicas, mediante un correlato que enlazó tres momentos fundamentales que marcaron la defensa de nuestra vida democrática, y cuya efeméride toca en estos días de finales de febrero. Se trata de la firma del Plan de Iguala, el golpe militar que derrocó el gobierno electo de Francisco Ignacio Madero y la instauración del Día de la Bandera, por parte de Lázaro Cárdenas, en conmemoración de la primera.
En 1940, el presidente Cárdenas –dijo–, “defensor de la soberanía nacional y constructor de instituciones modernas de la República, miró hacia la historia y decretó la fecha de la firma del Plan de Iguala y fábrica de la primera bandera, propiamente, nacional, como día de honores cívicos y lealtad militar. Volteó a la historia para hacer ciudadanos del futuro, y lo hizo con las leyes en la mano”.
El Plan de Iguala, documento fundacional de la nación, “una suerte de acta de nacimiento de México en su tramo moderno”, recordó el antropólogo, se resolvió tras el acuerdo de tropas que fueron enemigas desde hacía más de diez años de terminar la guerra, con un único resultado: “la separación de Nueva España de la centenaria sujeción colonial”. El 27 de septiembre de 1821 nació México. En la capital, el Ejército Trigarante entró triunfal: Iturbide desfilaba al frente, mientras las tropas del general Guerrero cerraban el contingente.
Menos de un siglo después, entre el 9 y el 22 de febrero de 1911, el duro destino del presidente Francisco I. Madero y del primer ensayo de gobierno revolucionario se cerraría. El golpe orquestado por Victoriano Huerta y el embajador estadounidense Henry Lane Wilson, previa liberación de los generales Bernardo Reyes y Félix Díaz, culminaría con los asesinatos del vicepresidente José María Pino Suárez y del propio mandatario.
No obstante, “para entonces, en Coahuila habría comenzado el movimiento que regresaba al orden constitucional. Y con él la etapa más revulsiva de nuestro pasado, la de una revolución que cambió el rostro político, jurídico y social de la República”.
Sería un antiguo perseguido por Huerta, Lázaro Cárdenas, quien ya como presidente y defensor de las leyes nuevas (las de la Constitución de 1917, destino del siglo XX y lo que va de las dos décadas completas del XXI), reivindicaría la hazaña de sus predecesores, estrechando el día de la firma del Plan de Iguala con la institucionalización del día del lábaro patrio: “Así, la consumación de la Independencia de México y la consumación de la Revolución tienen una atadura. Su huella es el día de ceremonia nacional a la bandera, 24 de febrero”, expresó el titular del INAH durante su participación en la transmisión virtual.
En la apertura de estas mesas de diálogo, siguieron las participaciones del autor del libro Plan de Iguala, Manuel Garcés Jiménez, y del director general del Archivo Histórico de la Secretaría de la Defensa Nacional, el general de brigada Juan Manuel Díaz Organitos, quien destacó que para Agustín de Iturbide y para Vicente Guerrero, la organización del Ejército Trigarante fue prioritaria para poner en marcha tanto el documento, como todas las acciones derivadas del gobierno que debía integrarse para materializar la Independencia.
El ciclo de conferencias, organizado por la LXIV Legislatura de la Cámara de Diputados, en el marco del bicentenario del Plan de Iguala, cuenta con las disertaciones de especialistas de El Colegio de Jalisco, así como de la Universidad de Guanajuato, y de las universidades autónomas de Zacatecas, de Tamaulipas y Benito Juárez de Oaxaca.