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Entropía

Por: Bertha Alicia Galindo

De regreso a la Luna

En 10 días se cumplirán 50 años de la llegada del hombre a la Luna. Un evento histórico, que para quienes lo vivieron, todavía rememoran el momento, como uno de los acontecimientos más importantes de su vida.

Un logro para Estados Unidos que en tan solo siete años logró cumplir con el reto que había planteado el presidente Kennedy para llegar a la Luna:

“Elegimos ir a la Luna. No porque sea fácil, sino porque es difícil”.

Presidente John F. Kennedy en Rice University en Houston, Texas.
Imagen: Robert Knudsen. White House Photographs. John F. Kennedy Presidential Library and Museum, Boston

Estas fueron las palabras de John F. Kennedy el 12 de septiembre de 1962 en Rice University, más que un discurso fue un reto a su país:

“Creo que esta nación debe comprometerse a lograr, antes del fin de la década, la meta de poner a un hombre en la Luna y hacer que regrese sano y salvo a la Tierra”.

Un reto que, para afrontarse, debía tener muchos recursos y gente dispuesta a trabajar incansablemente en aplicar todo su conocimiento para resolver todos los problemas que implicaría:

“Navegaremos por mares desconocidos porque hay nuevos conocimientos por adquirir y derechos nuevos que ganar. Así lo haremos en beneficio del progreso de la humanidad…”

Por supuesto que el aliciente para esta misión no fue la ciencia en sí, fue el ganar la carrera espacial a la URSS, que le llevaba la ventaja al país de las barras y las estrellas.

Unos años antes, en 1957, la URSS había logrado poner en órbita al primer satélite, el Sputnik y luego, logró poner en órbita al primer ser humano, Yuri Gagarin en abril de 1961.

Como es de todos sabido, el llevar al primer hombre a la Luna no fue un trabajo solo de norteamericanos. El talento llegó de todas partes para sumarse al proyecto Apolo. Entre ellas, el mexicano Ramiro Iglesias Leal, quien participó como responsable de cardiología en la misión Apolo 8 y fue el encargado de registrar el primer electrocardiograma desde la Luna, el del astronauta William Anders. Apolo 8 fue la primera nave en darle la vuelta a la Luna en 1968.

El viaje hacia la Luna duró cuatro días, luego, Armstrong y Aldrin se trasladaron al módulo lunar de nombre Águila, y descendieron a la superficie lunar. Minutos después, se escuchaban las históricas palabras de Neil Armstrong:

“Este es un pequeño paso para el hombre, pero un gran salto para la humanidad”

En total fueron doce astronautas los que pisaron el suelo lunar. Todos, de nacionalidad estadounidense. Con las misiones Apolo, EEUU se puso a la vanguardia de la carrera espacial. El programa llegó a su fin en diciembre de 1972, de ahí, nadie más viajó a la Luna.

El mundo estuvo atento a la cobertura del primer viaje a la Luna y México no fue la excepción. Sin embargo, en algunas crónicas se documentó que la cobertura de la transmisión no alcanzó para todo el país, las ciudades del sureste no tuvieron la señal en vivo, solo la repetición. En este acontecimiento el sureste se quedó, como en otras cosas, relegado.

¿Y qué pasaba en 1969 en México? Habían pasado unos meses de la masacre de Tlatelolco. Se acababa de inaugurar la primera línea del metro. En las excavaciones de la línea 2, al pasar por el Zócalo se localizaron decenas de piezas arqueológicas.

Se inauguraba también, la primera plaza comercial o “mall” en la CDMX, la Plaza Universidad y se gestaba la fundación del Conacyt, que ocurrió al año siguiente.

Como efecto del viaje a la Luna, la mercadotecnia hizo suyos los conceptos espacial, lunar, sideral. Hasta hay empresas que anuncian que pronto se harán viajes comerciales a la Luna y no falta quien quiera ir pagando su boleto en abonos.

Años después de la llegada del hombre a la Luna, México quiso ser partícipe de la exploración espacial. En 1985 el doctor Rodolfo Neri Vela se convirtió en el primer mexicano en participar en una misión de la NASA al participar en una convocatoria abierta y fue elegido de entre 400 aspirantes.

De nuevo, México presenció el lanzamiento de la nave, esta vez, el transbordador Atlantis.

Puedo decir con certeza, que Rodolfo Neri Vela fue la inspiración de muchas niñas y muchos niños para estudiar ingeniería y ciencias.

Sin embargo, luego de eso, México ya no tuvo otro astronauta. Al gobierno no pareció interesarle financiar el viaje de otro mexicano al espacio. Aunque en el sexenio pasado se creó la Agencia Espacial Mexicana, ha tenido poco presupuesto y sus actividades han sido limitadas.

Hay un área que ha sido de mucho interés entre los jóvenes, el desarrollo de los CubeSats o microsatélites, aunque, de nuevo, el apoyo para estas actividades ha sido limitado.

 

Han transcurrido casi cincuenta años del suceso más importante en la historia de la exploración espacial y la Luna ha vuelto a ser la protagonista. El pasado 4 de julio, Donald Trump anunció que la NASA regresará a la Luna y llegará a Marte:

“Vamos a ir otra vez a la Luna pronto, y plantaremos la bandera de Estados Unidos en Marte pronto”.

Un discurso que arrancó los aplausos de sus simpatizantes, aunque, ya había pronunciado estas palabras con anterioridad, en diciembre de 2017. Trump busca la reelección y hará uso de todos los recursos a su alcance para reavivar el nacionalismo norteamericano y la exploración espacial es sin duda, algo que enciende los ánimos de nuestros vecinos del norte.

La NASA por su parte, anunció en mayo pasado que en 2024 la NASA llevará a una mujer a la Luna. La misión ya tiene nombre: Artemisa, que en la mitología griega es la hermana melliza de Apolo.

El anuncio lo hizo, Jim Bridenstine, director de la NASA en su cuenta de Twitter: “Estamos emocionados por llevar a la primera mujer y al próximo hombre a la superficie de la Luna antes del final de 2024”.

https://twitter.com/JimBridenstine/status/1128086110247235584

Que la siguiente misión de la NASA lleve nombre femenino no es casual y que la meta sea llevar a una mujer a la Luna tampoco. Con el paso del tiempo se ha conocido el rol que han jugado las mujeres en la carrera espacial, pero, como el caso de Katherine Johnson y las mujeres matemáticas de la NASA, el reconocimiento a su talento se hizo muchos años después.

No solo pasó en Estados Unidos, en la URSS. Hay una anécdota sobre la cosmonauta Svetlana Savitskaya. En 1982 se convirtió en la segunda mujer con la misión que la llevó a la estación espacial Salyut-6 en donde colaboró para la construcción de la estación Salyut 7. En 1984 volvió al espacio, a bordo de la nave Soyuz T-12 para colaborar en labores de soldadura en el exterior de la estación Salyut 7. Es la primera en haber realizado una caminata espacial y su trabajo meticuloso y preciso fue reconocido ampliamente. Con el paso de los años se reconoce que Svetlana Savitskaya le abrió camino a otras mujeres que querían ser astronautas.

Sin embargo, a pesar de que era una piloto certificada y de haber logrado récords en paracaidismo, sus colegas le jugaron una mala broma, ya que en la en su primera misión fue recibida con la frase:

“Tenemos un delantal preparado para ti, Sveta. Como si estuvieras en casa. Por supuesto, tenemos una cocina para ti; allí es donde trabajarás”.

Una anécdota que deja muy en claro que, en la carrera espacial el machismo ha imperado por muchos años.

Se cuenta que el astronauta John Glenn, pensaba que las mujeres no debían ir al espacio no porque no tuvieran capacidad, sino por una cuestión de “orden social”.

“Es solo un hecho… los hombres van y luchan en las guerras y vuelan en los aviones y vuelven y ayudan a diseñarlos y construirlos. El hecho de que las mujeres no estén en este campo es una realidad de nuestro orden social”.

John Glenn, héroe nacional recibió miles de cartas de niñas que querían ser astronautas, pero él no tenía intenciones de animarlas a intentarlo.

Hillary Clinton fue una de estas niñas que se animó a escribir a la NASA en 1961: “No aceptamos chicas como astronautas” le respondieron.

La Luna vuelve a aparecer en el horizonte de la exploración espacial. La misión Artemisa enfrenta un camino difícil, no solo en el plano del presupuesto, sino porque en cinco años se deberán desarrollar naves y probarlas con y sin tripulación.

Donald Trump anunció que asignaría mil 600 millones de dólares para estas misiones; sin embargo, los expertos sugieren que Artemisa le costará a la NASA entre seis mil y ocho mil millones de dólares adicionales a su presupuesto cada año. Habrá que ver si Donald Trump cumple con su palabra y si esta se traduce en recursos.

Lo cierto es que la historia de la llegada del hombre a la Luna deja siempre en la mente la idea del reto, del desafío que se puede enfrentar de manera colectiva, cada quien con su talento, con su granito de arena. Es curioso que un objetivo logre permear en el imaginario colectivo cuando la meta está fuera de este mundo, pero se vuelve casi imposible de lograr si es aquí, en la Tierra, como lo es reducir las emisiones de CO2. Es posible que esto sea porque en el espacio no hay fronteras, no hay límite al pensamiento. La única limitación es la de la mente.

En julio de 2015, en un evento en Guadalajara, Rodolfo Neri Vela dijo esta frase:

“Un país no puede avanzar si no le pone fechas a las cosas. Las fechas son la clave del éxito. Puedes ser un genio, muy social, pero si no le pones fechas a tus proyectos vas a fracasar y otros te van a dejar atrás”.

México tiene muchos desafíos y un gran potencial para resolverlos. Me pregunto ¿si se lanzaran tres retos por resolver? ¿Cuáles serían? ¿Seríamos capaces de trabajar todos en conjunto? Quiero pensar que, aunque vamos a tardar un poco en ponernos de acuerdo, esto es posible. De lo contrario, vamos a seguir viendo cómo avanza el mundo a la distancia. En 1969 fue a través de la televisión, hoy tenemos Internet, pero será lo mismo, veremos el progreso a la distancia.

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By  Alcanzando el Conocimiento

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