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El cuerpo momificado del faraón Amenhotep I, revela sus secretos después de 3,500 años

El faraón Amenhotep I (también conocido como Amenofis I) ha pasado por el escáner para poder averiguar qué aspecto tenía e investigar la causa de su muerte. Un misterio para los egiptólogos, que se habían resistido a desenvolver su momia debido al excelente estado de conservación que presentaba 3.500 años después de su muerte. Su cuerpo quedó bellamente decorado con guirnaldas de flores, y con la cara y el cuello cubiertos por una exquisita máscara funeraria con incrustaciones de piedras de colores.

Pero gracias a las técnicas de imagen actuales, no han tenido que estropear la perfecta momificación que hicieron al rey egipcio para estudiar su esqueleto. Mediante la Tomografía axial computarizada (CT) han podido conocer los detalles de su anatomía y hacerle una autopsia digital, tal y como detalla este martes el equipo que la ha llevado a cabo en la revista Frontiers in Medicine.

Como cuentan los autores, desde que este rey falleció, su enterramiento original y su momia sólo fueron abiertos una vez, en el s. XI a. C, aproximadamente cuatro siglos después de su muerte. Los jeroglíficos describen cómo durante la dinastía XXI, los sacerdotes restauraron y volvieron a enterrar momias reales de dinastías más antiguas para reparar el daño causado por los ladrones de tumbas. Es decir, Amenhotep I fue enterrado dos veces.

El sarcófago de Amenhotep I, que gobernó Egipto entre aproximadamente 1525 y 1504 a. C.

Los restos del hijo de Amosis I fueron descubiertos en 1881, junto a otras momias reales que habían vuelto a ser enterradas, en el yacimiento arqueológico de Deir el Bahari, un importante complejo de tumbas en el sur de Egipto.

“El hecho de que su momia no se hubiese desenvuelto en época moderna ha sido una oportunidad única, no sólo para estudiar cómo fue momificada y enterrada originalmente, sino también cómo fue restaurada y enterrada por segunda vez siglos después de su muerte por los grandes sacerdotes de Amón”, ha explicado en una nota de prensa Sahar Saleem, primer autor del estudio y radiólogo del Proyecto Momias Egipcias.

Parecido con su padre

“Amenhotep I tenía unos 35 años cuando murió. Medía aproximadamente 1,69 centímetros, estaba circuncidado y tenía una buena dentadura”, resume Saleem. El también profesor de radiología en la Facultad de Medicina de la Universidad de El Cairo ha podido sacar además algunos rasgos de su familia: “Amenhotep I se parecía a su padre [Amosis I]: tenía una barbilla estrecha, una nariz pequeña y estrecha, cabello rizado y los dientes superiores ligeramente protuberantes”, apunta.

El escáner ha mostrado asimismo que, entre las vendas con las que fue envuelto el faraón, llevaba 30 amuletos y una faja dorada con cuentas de oro.

“Como desenvolver un regalo”: el Dr. Sahar Saleem, de la Universidad de El Cairo, escanea la momia. Fotografía: Dr. Sahar Saleem / Universidad de El Cairo / PA

Los científicos han investigado la causa de su muerte, pero desafortunadamente no la han hallado en su esqueleto: “No hemos podido encontrar heridas o zonas desfiguradas por alguna enfermedad que pudieran indicar la causa de su fallecimiento, excepto numerosas mutilaciones realizadas post mortem, presumiblemente realizadas por saqueadores de tumbas después de su primer enterramiento. Los primeros momificadores le habían quitado las entrañas, pero no su cerebro ni su corazón”.

Un reinado pacífico y próspero

Amenhotep I (cuyo nombre significa ‘Amón está satisfecho’) fue el segundo faraón de la dinastía XVIII, y sucedió a su padre, Amosis I, que expulsó a los hicsos, reunificó el país e inauguró el Imperio o Reino Nuevo de Egipto. Los documentos preservados indican que Amenhotep I gobernó entre los años 1525 y 1504 a. C, y su reinado fue una etapa dorada para Egipto. Un periodo próspero y pacífico durante el que el rey emprendió expediciones militares a Libia y el norte de Sudán y Amón fue el dios oficial. Cuando falleció, tanto él como su madre, Ahmose-Nefertari, fueron adorados como dioses.

Le sucedió Tutmosis I, aunque los egiptólogos no están seguros de su parentesco. Tampoco saben si Amenhotep I tuvo hijos. Se casó con Ahmose-Meritamón y aunque algunas fuentes hablan de que tuvo un único hijo que falleció de pequeño, en otras se afirma que no tuvo descendencia.

La tomografía computarizada mostró que Amenhotep I tenía buenos dientes, a diferencia de muchas momias reales. Fotografía: Dr. Sahar Saleem / Universidad de El Cairo / PA

Saher Saleem y el famoso egiptólogo Zahi Hawass, coautor de esta investigación, han comprobado asimismo que una hipótesis suya era errónea. Estos dos especialistas pensaban que la principal intención de los restauradores de tumbas del siglo XI a.C era reutilizar el equipo de entierro real para faraones posteriores. Pero los resultados de su estudio con escáner han refutado su propia teoría: “Hemos demostrado que al menos en el caso de Amenhotep I, los sacerdotes repararon con mimo las heridas infligidas por los saqueadores de tumbas, restauraron la momia para devolverla a su estado original y preservaron las magníficas joyas y amuletos”, asegura Saleem.

Más de 40 momias reales del Imperio Nuevo de Egipto han sido estudiadas en el marco del Proyecto del Ministerio de Antigüedades Egipcias lanzado en 2005. Un total de 22 cuerpos embalsamados, incluyendo el de Amenhotep I, fueron trasladados el pasado mes de abril al nuevo museo de El Cairo. El rostro de la momia de Amenhotep I, con su máscara, fue el icono del espectacular desfile real dorado (Royal Golden Mummy Parade), que paralizó las calles de El Cairo y nos dio una idea del esplendor de las ceremonias del Antiguo Egipto.

Con información de: El Mundo

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By  Alcanzando el Conocimiento

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