Presupuesto 2026: Deuda Creciente, Pilares Sociales Débiles y sin Impulso suficiente para las MiPyMEs

El Presupuesto de Egresos 2026 definirá el rumbo económico del país en un contexto de presiones fiscales, deuda creciente y bajo impulso productivo. Aunque parte de supuestos más realistas, mantiene un enfoque asistencial que no fortalece a las MiPyMEs ni estimula la productividad.

La concentración del gasto en energía deja rezagadas áreas clave como salud, educación, seguridad e infraestructura, debilitando los pilares sociales y limitando el crecimiento.

Desde COPARMEX advertimos que el Presupuesto 2026 no equilibra estabilidad fiscal y desarrollo. La deuda pública alcanzará 52.3% del PIB —unos 151 mil pesos por habitante— sin destinarse a proyectos productivos que generen empleo o bienestar sostenible.

La inversión pública, de solo 3.2% del PIB, sigue siendo insuficiente, mientras el gasto corriente absorbe la mayor parte del endeudamiento. A ello se suman recortes en áreas clave: salud representa el 2.5% del PIB, educación privilegia programas asistenciales sobre calidad e innovación, y recursos en seguridad pierde gran parte de su presupuesto, debilitando la capacidad institucional para proteger a las familias y a las empresas.

Postura de COPARMEX

En COPARMEX sostenemos que México necesita un presupuesto que apueste por la productividad, la inversión y la competitividad. La deuda no es en sí un problema si se orienta a proyectos de largo plazo que generen crecimiento económico, empleo y bienestar. Sin embargo, utilizarla para financiar gasto corriente compromete el futuro. Por ello, proponemos:

  • Fortalecer a las MiPyMEs con capacitación, digitalización, financiamiento y vinculación productiva, reconociéndolas como motor de la economía.
  • Reorientar la deuda hacia inversión productiva en infraestructura, innovación, salud y educación, evitando su uso en gasto corriente.
  • Elevar la inversión pública al 5% del PIB y planearla para atraer inversión privada, priorizando sectores de alto impacto regional.
  • Impulsar la inversión mixta en energía y obras públicas para liberar recursos y fortalecer la infraestructura nacional.
  • Garantizar eficiencia del gasto público, privilegiando programas que eleven la calidad de servicios y el bienestar de las familias.
  • Reforzar la seguridad y el Estado de Derechos, reasignando recursos, profesionalizando policías y fortaleciendo los sistemas de justicia.

El presupuesto debe ser un instrumento de desarrollo, no una herramienta política. México requiere responsabilidad fiscal, visión de futuro y compromiso con la productividad. Solo así construiremos un país más próspero, justo y competitivo.

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