Tras las críticas por un retraso en la entrega de las vacunas por parte de las farmacéuticas que obligaron a la detención del proceso en varios países de la Unión Europea, y que motivaron un plan para frenar la exportación de los antídotos fuera del bloque, la presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula Von der Leyen, admitió “errores” en la estrategia de compra de las inyecciones, mientras se dirigía este miércoles a los legisladores del Parlamento Europeo.
Von der Leyen señaló tres fallas principales: una tardanza en la aprobación de los fármacos, falta de previsión en la verdadera capacidad de fabricación de los antídotos y el incumplimiento de compromisos pautados por parte de algunos laboratorios.
“Llegamos tarde con la aprobación. Éramos demasiado optimistas sobre la producción en masa. Y quizás también estábamos demasiado seguros de que los pedidos se entregarían a tiempo”, dijo Von der Leyen.
Como parte de la solución, la política alemana y médica de profesión afirmó que la UE lanzará una nueva red de ensayos clínicos para brindar a los reguladores datos de forma más rápida y que la CE creará un grupo de trabajo para ayudar a impulsar la producción de vacunas.
Sin embargo, Von der Leyen también defendió el plan de Bruselas al indicar que sirvió para cumplir los grandes objetivos: realizar una compra conjunta de los países miembros y no por separado y garantizar la seguridad y eficacia de las inyecciones de inmunización.
La presidenta de la CE explicó que desarrollar una vacuna requiere generalmente entre 5 o 10 años, mientras que los fármacos contra el Covid-19 se generaron en sólo 10 meses, en algunos casos con nuevas tecnologías, como el ARN en los antídotos de Pfizer/BioNTech o Moderna.
Von der Leyen insistió en que seguirá liderando el plan que tiene previsto vacunar al 70% de la población de la UE para el final de este verano.