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Científicos entregaron facturas sin validez fiscal para comprobar gastos de investigación: Conacyt

El Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) revela que el Instituto de Ecología (INECOL) y 11 centros de investigación entregaron solo papeles y no las facturas fiscales ni contratos ni soportes contables ni evidencia de los bienes y servicios adquiridos con recursos públicos para un estudio de científicos sobre los complejos ambrosiales, unos hongos causantes de la muerte de los árboles y plantas en México.

“Los comprobantes del ejercicio del gasto por la adquisición de bienes y servicios por 48 millones 976 mil pesos no cumplen con requisitos fiscales”, afirma la auditoría realizada al Fondo Institucional de Fomento Regional para el Desarrollo Científico, Tecnológico y de Innovación (Fordecyt), que era operado por Enrique Cabrero Mendoza, ex director de Conacyt y acusado por delincuencia organizada en otro asunto en la entrega de recursos públicos a otro grupo de científicos.

Las facturas entregadas por el INECOL y los 11 centros de investigación donde trabajan los científicos más destacados de México no cumplen con requisitos fiscales, toda vez que no contienen la cantidad, unidad de medida y clase de los bienes o mercancías, así como la descripción del servicio que amparen el gasto y uso del dinero público, expresa el Conacyt.

En algunos casos no se evidencia de que se emitió la factura de pago complementaria, a pesar de que se había determinado saldar la adquisición en parcialidades o diferida, dice el documento del Conacyt al que tuvo acceso Forbes México.

Adicionalmente no se tiene evidencia de 9 archivos XML de los comprobantes de gastos.

“En las validaciones a los comprobantes realizadas ante el Servicio de Administración Tributaria (SAT) se identificó que una factura por 7 millones 339 mil pesos fue cancelada”, exponen la auditoría al fideicomiso del Conacyt desaparecido por una orden del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador.

El 14 de diciembre de 2017, el Comité Técnico y Administración del Fordecyt, que era dirigido en ese entonces por Enrique Cabrero Mendoza, autorizó la entrega de 100 millones de pesos para el proyecto “Generación de estrategias científicas y tecnológicas con un enfoque multidisciplinario e interinstitucional para afrontar la amenaza que representan los complejos ambrosiales en los sectores agrícolas y forestal de México”.

El Instituto de Ecología fue el encargado de presentar el proyecto para que los científicos investiguen las enfermedades producidas por los complejos ambrosiales, una asociación simbiótica entre un escarabajo y un hongo, en donde el escarabajo se alimenta del hongo y el hongo a su vez se alimenta de una planta o árbol perjudicando severamente hasta causar su muerte.

El complejo ambrosial formado por el escarabajo Euwallacea y el hongo Fusarium es el responsable de la pérdida de muchas huertas de aguacate en California, Estados Unidos. Desafortunadamente, la cercanía con Estados Unidos resultó en la identificación del complejo Euwallacea-Fusarium sp. en el norte de nuestro país, específicamente en Tijuana, Baja California. Por esta razón, en México existe un plan de acción dispuesto por las autoridades fitosanitarias para la vigilancia y control del complejo ambrosial.

Detrás de la investigación de los complejos ambrosiales están el Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD), el Centro de Investigación y Asistencia en Tecnología y Diseño del Estado de Jalisco (CIATEJ), el Centro de Investigación Científica de Yucatán (CICY), el Centro de Innovación y Desarrollo Agroalimentario de Michoacán (CIDAM), el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE).

También está el Centro de Investigación en Materiales Avanzadas (CIMAV), el Centro de Investigaciones en Óptica (CIO), el Colegio de Posgraduados (Colpos), el Centro de Investigación en Química Aplicada (CIQA), el Instituto Potosino de Investigación Científica y Tecnológica (IPICYT) y el Centro de Investigación de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional (Cinvestav) a través de la Unidad de Genómica Avanzada.

La revisión de los auditores del Conacyt a la documentación administrativa, financiera y técnica entregada por el INECOL muestra que los centros de investigación usaron más de 78 millones mil pesos (entre del 20 de diciembre de 2017 y el 31 de marzo de 2020) para la investigación de los complejos ambrosiales causantes de la muerte de las plantas y árboles.

El Instituto de Ecología y 11 instituciones encargadas de la investigación de los los complejos ambrosiales omitieron proporcionar información completa de las bases de datos de los movimientos bancarios de enero de 2018 a junio de 2020.

Las inconsistencias en las cuentas bancarias fueron encontradas, luego de que se compararon los saldos iniciales y finales de las instituciones bancarias encargadas de administrar los recursos asignados al Instituto de Ecología y los 11 centros de investigación.

No proporcionaron información o el procedimiento de contratación para realizar la compra de equipo de cómputo y telecomunicaciones y maquinaria el Centro de Investigación y Asistencia en Tecnología y Diseño del Estado de Jalisco, el Centro de Innovación y Desarrollo Agroalimentario de Michoacán, el Centro de Investigación y Docencia Económicas, el Centro de Investigaciones en Óptica, el Centro de Investigación de Estudios Avanzados y el Instituto de Ecología.

Los auditores del Conacyt afirman que el Instituto de Ecología y los 11 institutos de investigación tampoco mostraron evidencia documental de los bienes incluidos en las facturas de la compra de los bienes y servicios por 2 millones 620 mil pesos.

Además, el Instituto de Ecología no proporcionó el acta de fallo de la licitación pública internacional abierta electrónica de un servicio por 9 millones 775 mil pesos.

“No se proporcionó evidencia de que en las contrataciones de bienes y servicios mencionadas por el Instituto de Ecología y las 11 instituciones, que participaron en el proyecto (de investigación de los complejos ambrosiales), fueron realizadas con transparencias, eficiencia, eficacia y honradez”, declara el Conacyt.

Detalla que en la adquisición de bienes y servicios efectuados por el Instituto de Ecología por 30 millones 710 mil pesos tampoco se proporcionó evidencia documental de la autorización por parte del Comité de Adquisiciones, Arrendamiento y Servicios.

Con la información proporcionada por el Instituto de Ecología no se encontró evidencia de la entrada al almacén de 3 adquisiciones de bienes por un importe de 17 millones 119 mil pesos, añaden los auditores del Conacyt.

Tampoco se identificó evidencia de la recepción de los servicios adquiridos por 9 millones 983 mil pesos ni entregaron cotizaciones ni investigaciones de mercado ni justificación de compra o carta que compruebe por qué entregarle un contrato por 23 millones 986 mil pesos.

El INECOL pagó 3 millones 040 mil pesos por el suministro de sustancias químicas y materiales para laboratorios, pero no se tiene evidencia que los bienes pagados y facturados se hubieran recibido.

“Como evidencia de la entrada al almacén se proporcionó facturas con sello de entrada al almacén, sin embargo no se describen los bienes recibidos”, exponen los auditores del Conacyt.

La auditoría añade que se constató que en 19 adquisiciones de equipos registrados en los rubros de maquinaria y equipo de cómputo y telecomunicaciones por 31 millones de pesos no cuentan con el resguardo individual dada su naturaleza y finalidad en el servicio del INECOL y las instituciones participantes como el Centro de Innovación y Desarrollo Agroalimentario de Michoacán, el Centro de Investigación y Docencia Económicas y el Centro de Investigaciones en Óptica.

“En los rubros de maquinaria, equipo de cómputo y de telecomunicaciones, el INECOL, CIDE, CIO, CIDAM y CIATEJ no presentaron evidencia fotográfica de los bienes en 18 adquisiciones por 22 millones 228 mil pesos, motivo por el cual no se pudo constatar la existencia física de dichos bienes”.

El INECOL, CIDE, CIO y CIDAM no entregaron la evidencia documental de la entrega y recepción de la compra de 15 bienes, que costaron más de 19 millones de pesos. “No se pudo verificar si los mismos se recibieron en tiempo y forma”.

Con información de: Forbes

By  Alcanzando el Conocimiento

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