El asteroide YR4, descubierto el pasado 27 de diciembre pasado en el telescopio ATLAS (Asteroid Terrestrial-impact Last Alert System) en Río Hurtado, Chile, tiene ahora un 3,1 % de posibilidades de impactar la Tierra en 2032, el nivel más alto jamás registrado desde que se hacen este tipo de mediciones, informó Sentry, el sistema automatizado de predicción de impactos del Centro de Estudios de Objetos Cercanos a la Tierra (CNEOS) en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA.
Poco después de su descubrimiento, los sistemas automatizados de alerta de asteroides determinaron que el objeto tenía una probabilidad muy pequeña de impacto potencial que pasó del 1.2 al 2.3 y luego bajó al 2 por ciento, para subir ahora al 3,1 por ciento, informó el CNEOS.
Este cuerpo celeste, de entre 40 y 90 metros de ancho, podría impactar el planeta el 22 de diciembre de 2032, según estimaciones de las agencias espaciales internacionales, y potencialmente causar daños considerables, como la destrucción de una ciudad.
Este pronóstico se debe tomar con cautela porque se basa en datos preliminares y es probable que cambie en las próximas semanas y meses.
Asteroide 2024 YR4: potencial impacto y consecuencias
Si el asteroide se estrellara contra la Tierra, su impacto podría ser 500 veces más potente que la bomba nuclear de Hiroshima, de acuerdo con las estimaciones actuales. Suficiente para arrasar una ciudad entera o incluso provocar un tsunami, si el impacto fuera cerca de una isla o de la costa.
Aunque ahora se considera que el riesgo de colisión es bajo, es el más alto jamás registrado en más de dos décadas de vigilancia de objetos celestes.
Precedentes históricos y monitoreo espacial
A principios de la década de 2000, el asteroide Apophis conmocionó a la comunidad científica internacional por su probabilidad del 2,7 % de impactar contra la Tierra en 2029.
Un índice que rápidamente se redujo a casi cero.
También se espera que el pronóstico para 2024 YR4 evolucione en breve a medida que se recopilen más datos sobre su trayectoria.
Los científicos confían especialmente en el telescopio espacial James Webb para realizar observaciones más precisas en marzo.
Pero el tiempo apremia porque el asteroide está en una órbita que se aleja de la Tierra. Debería desaparecer de la vista de los telescopios terrestres en los próximos meses antes de volver a ser observable en 2028, estiman los expertos.
A medida que se obtengan más observaciones de la órbita del asteroide, su probabilidad de impacto se conocerá mejor. Es posible que el asteroide 2024 YR4 sea descartado como un peligro de impacto, como ha sucedido con muchos otros objetos que han aparecido anteriormente en la lista de riesgo de asteroides de la NASA, mantenida por el Centro de Estudios de Objetos Cercanos a la Tierra de la NASA. También es posible que la probabilidad de impacto siga aumentando, según la NASA.
Con información de D, AFP, Europa Press, NASA



