Los Estados miembros de la UNESCO completan hoy la recta final para la adopción del primer marco normativo mundial sobre la ética de la neurotecnología. La Recomendación, que entrará en vigor el 12 de noviembre, establece salvaguardias esenciales para asegurar que la neurotecnología contribuya a mejorar la vida de quienes más la necesitan sin poner en peligro los derechos humanos.
La adopción de este instrumento normativo marca la culminación de un amplio proceso iniciado en 2019 por Audrey Azoulay, Directora General de la UNESCO, y está estrechamente vinculado con el trabajo de la UNESCO sobre la ética de la inteligencia artificial iniciado en 2018.
«La neurotecnología tiene el potencial de definir la próxima frontera del progreso humano, pero no está exenta de riesgos. Con la adopción de este nuevo instrumento normativo, la UNESCO establece límites claros y consagra la inviolabilidad la mente humana. Este texto encarna una profunda convicción: que el progreso tecnológico solo vale la pena si está guiado por la ética, la dignidad y la responsabilidad hacia las generaciones futuras», ha declarado Audrey Azoulay.
La próxima gran revolución tecnológica
Aunque atrae menos la atención mediática que la inteligencia artificial, la neurotecnología se está desarrollando con la misma rapidez. Un informe de la UNESCO revela un aumento del 700 % en la inversión en empresas de neurotecnología entre 2014 y 2021.
La neurotecnología incluye herramientas que pueden interactuar directamente con el sistema nervioso para medirlo, modularlo o estimularlo. Ofrece beneficios prometedores, particularmente en medicina: la estimulación cerebral profunda alivia los síntomas de trastornos como la depresión y la enfermedad de Parkinson y las interfaces entre el cerebro y el ordenador permiten a las personas con discapacidades controlar las prótesis o comunicarse a través del pensamiento.
Mientras que su uso médico está estrictamente regulado, la neurotecnología en muchos casos sigue careciendo de regulación en otras áreas. Muchos consumidores utilizan esta tecnología sin saberlo, a través de dispositivos comunes como diademas o auriculares conectados, que utilizan datos neuronales para monitorear la frecuencia cardíaca, el estrés o el sueño. Estos datos altamente sensibles pueden revelar pensamientos, emociones y reacciones, y pueden compartirse sin consentimiento.
Proteger a los más vulnerables y preservar la dignidad humana
El nuevo instrumento normativo de la UNESCO pide a los gobiernos que garanticen que la neurotecnología siga siendo inclusiva y asequible, al tiempo que establecen salvaguardias para preservar la santidad de la mente humana.
Además de las infracciones a la privacidad mental, la Recomendación identifica otros riesgos, en particular para niños y jóvenes, cuyos cerebros todavía están en desarrollo, y desaconseja su uso con fines no terapéuticos. También advierte contra el uso de esta tecnología en el lugar de trabajo para monitorear la productividad o crear categorías de empleados, e insiste en la necesidad de consentimiento explícito y total transparencia.
Por último, la Recomendación subraya la necesidad urgente de regular mejor los productos que pueden influir en el comportamiento o promover la adicción, garantizando que se proporcione información clara y accesible a los consumidores.
UNESCO, líder mundial en la ética de las tecnologías emergentes
«La presente Recomendación honra plenamente la misión de la UNESCO de anticipar los principales avances científicos a fin de ponerlos al servicio del interés público. Sin embargo, este innovador paso adelante no puede ser un fin en sí mismo. Ahora, estos principios deben materializarse mediante la legislación nacional y acciones concretas», añade Audrey Azoulay.
Durante décadas, la UNESCO ha desempeñado un papel destacado en la regulación ética de los avances científicos y tecnológicos. En 2018, Audrey Azoulay lanzó una importante iniciativa para establecer un marco mundial sobre la ética de la inteligencia artificial que fue adoptada por los Estados miembros de la UNESCO en 2021. La Organización presta ahora apoyo a más de 80 países en la incorporación de estos principios a su legislación nacional.
La adopción de la presente Recomendación es el resultado de un amplio proceso de consulta iniciado en 2021. Un grupo de expertos internacionales, presidido por el científico francés Hervé Chneiweiss y la profesora estadounidense Nita Farahany, se encargó de elaborar el marco normativo aprovechando más de 8000 contribuciones de la sociedad civil, el sector privado, el mundo académico y los Estados miembros. Al igual que en el campo de la inteligencia artificial, la UNESCO apoyará a sus Estados miembros en la revisión de sus políticas, la elaboración de hojas de ruta adaptadas a sus prioridades y el fortalecimiento de sus capacidades para hacer frente a los desafíos que plantea la neurotecnología.
El texto aprobado hoy entrará en vigor el 12 de noviembre, al concluir la Conferencia General de la UNESCO en Samarcanda (Uzbekistán).



