Choque de Trenes en Insurgentes

Por: El Maquinista

Este martes la ciencia dio de qué hablar. Luego de que este lunes el periódico El Universal aseguró que un estudio titulado: “Territorios mayas en el paso del tren: situación actual y riesgos previsibles”, elaborado por un grupo constituido por el Conacyt había sido ocultado para no influir en la consulta que se llevó a cabo en diciembre.

El estudio menciona que el Tren Maya causará daños a 10 Áreas Naturales Protegidas (ANP) y a los servicios ambientales que brindan, como la recarga de acuíferos y su capacidad para capturar carbono.

Además del daño ecológico, el documento señala que el Tren Maya destruiría 1,288 sitios arqueológicos y que vulnera los derechos de 146 mil indígenas.

Sobre el impacto económico, se retoman la información de que el empleo que se creará con el Tren Maya será precario y temporal, además de aumentar delitos como el narcotráfico o la trata de personas.

¿Cuál es el origen de este estudio? ¿Tiene sustento científico?

A finales de septiembre de 2019 el Conacyt invitó a más de 30 investigadores para formar un grupo y estudiar las afectaciones a lo largo de los 1,500 kilómetros de vía del Tren Maya. Hay que decir que el Conacyt lleva años organizando grupos de científicos para llevar a cabo diversos estudios que les sirvan a las dependencias para diseñar políticas públicas o tomar decisiones en un sector en donde le piden opinión al Consejo. Es decir, esto es algo que se hace de manera rutinaria.

Sin embargo, la “investigación especial” de El Universal asegura que se apremió a los investigadores para entregar sus resultados, ya que la información se iba a difundir antes de la consulta programada para el 14 y 15 de diciembre.

Citando una fuente anónima informó que el primer resultado fue enviado “entre el 10 y el 12 de diciembre”, pero que el informe fue detenido y no solo eso, la publicación asegura que el análisis completo consta de cinco documentos de 60 cuartillas cada uno y se hizo llegar un resumen ejecutivo a la Presidencia.

“Nos pusieron tiempos muy breves para cumplir con esa fecha, pidiéndonos que entregáramos algo. Y lo hicimos”, dijo uno de los investigadores. “Pero ahí se paró. Nos dijeron que era muy tarde y que no querían sacarlo antes de la consulta para no influir”.

El mismo lunes por la noche el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología publicó un comunicado desmintiendo la publicación de El Universal.

El Conacyt informó que, lo que se presentó como una “ardua” investigación era algo que estaba a la vista de todos ya que el documento es público y agregó que se trató de presentar como fundamental un estudio colectivo que, abajo de su título, tiene la leyenda: “Resumen Ejecutivo de un documento extenso en proceso de edición”; es decir, es un documento de trabajo NO definitivo.

¿Es un documento público? Sí y fue dado a conocer por uno de los científicos invitados a realizar el estudio. Sergio Prieto Díaz de ECOSUR, dio a conocer la publicación a través de Twitter el día 5 de marzo a las 11:29 de la mañana.

Además, en ese mismo tuit se informaba que el documento estaba disponible en la plataforma Academia. Un sitio web en donde, a través de un sencillo registro los usuarios, científicos en su mayoría, suben documentos relacionados con sus investigaciones para compartirlos y descargarlos.


Como se puede ver, el archivo está ahí y se puede descargar. Este es el documento en cuestión:

[pdf-embedder url=”https://alcanzandoelconocimiento.com/wp-content/uploads/2020/03/Territorios_mayas_en_el_paso_del_tren_Tr.pdf”]

Pero la cosa no quedó ahí. Este martes, durante la firma de convenio entre el Conacyt y el Consejo Coordinador Empresarial se le preguntó a la directora del Conacyt si se había ocultado la información sobre el Tren Maya y esto es lo que respondió:

Casi de manera simultánea, en otra dependencia del gobierno federal, unida al Conacyt por el Tren Maya, el director de Fonatur, Rogelio Jiménez Pons fue cuestionado por el mismo tema, a lo que respondió:

Entonces, tenemos lo siguiente: un reportaje de investigación se basó en que se ocultó un documento que es público, en donde se cita a fuentes anónimas, pero no se preguntó a las dependencias involucradas su opinión. También hay un documento con cifras de impactos de una obra, de un proyecto que aún no inicia; pero que está basado en una vía férrea que tiene más de cien años y que ha tenido impactos claros y probados, pero se hace ver que empieza de cero. Sin embargo, lo que no deja ver bien al gremio científico es que se hicieron cálculos sin tener los datos que ya existen en los estudios técnicos del Tren Maya ¿Dónde quedó el rigor científico?

¿Hay censura?

No, hemos visto a algunos de los integrantes de ese grupo de científicos hablar en diversos programas de televisión por Internet y publicar su opinión acerca de la obra, sin restricciones.

¿Entonces?

Es verdad que en México hay muy pocos espacios para la ciencia en los grandes medios pero en este caso “la gran” cobertura de El Universal con una investigación que no tuvo nada ni de investigación, ni de especial, la deja mal parada porque denota un trabajo de los científicos más guiados por el prejuicio que por el rigor de la ciencia.

Pero hay algo más, este evento deja al descubierto que hace falta que los medios de comunicación vayan a los territorios, que no se queden con lo que se publica en otros medios o con las conferencias de prensa organizadas en la Ciudad de México y es también un mensaje con acuse de recibo para los científicos, hace falta una investigación más cercana a la gente, en los territorios no en los cubículos. Episodios como estos, al final de cuentas dejan mal parada a la ciencia.

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