El pasado viernes 24 hubo dos eventos significativos relacionados con la ciencia, la cultura y la educación que podrían definir la relación de estos sectores con el próximo gobierno de México.
El primero fue un evento en donde intelectuales académicos, científicos y artistas dieron su respaldo a la candidata de la coalición “Sigamos Haciendo Historia”, la doctora Claudia Sheinbaum.
Ahí se anunció que ya se habían recabado más de 900 firmas de adhesión a un documento para manifestarse en favor del proyecto de la abanderada de los partidos Morena, PT y Verde.
“Salgamos todas y todos a votar por el único proyecto de nación que garantiza la prosperidad compartida”, dice el documento que fue firmado por el exrector Juan Ramón de la Fuente, la escritora Elena Poniatowska, el doctor David Kershenobich y el historiador Lorenzo Meyer, entre muchos otros.
Desde el jueves pasado, la firma del documento permaneció abierta y fue el domingo cuando se contabilizaban ya más de 1,700 firmas.
¿Por qué es relevante este encuentro? Porque en años anteriores no había sido usual que la comunidad científica y cultural se manifestara de forma abierta en favor de un proyecto político.
Hoy las cosas han cambiado y por un lado si hay quienes apoyan a Claudia Sheinbaum y lo han manifestado en esta larga y copiosa colecta de firmas. Así como también hay quienes apoyan a la candidata de la alianza Fuerza y Corazón por México, Xóchitl Gálvez, estos últimos lo hicieron público con un documento publicado el lunes 20 en donde cerca de 250 intelectuales y académicos firmaron a favor de Gálvez, lo hicieron público en un evento convocado por la Revista Letras Libres. En el documento se lee lo siguiente:
“Hemos decidido manifestarnos públicamente debido a que el gobierno de López Obrador y su partido pretenden extender la deriva autoritaria durante el próximo sexenio, lo que significa una grave amenaza para la democracia” y agregan: “Creemos que la opción democrática está representada por Xóchitl Gálvez. Nuestro llamado a votar por ella responde a la enorme urgencia de defender la democracia amenazada”.
Ese lunes 20, entre los más de 200 firmantes en apoyo a la candidata de oposición estaban Héctor Aguilar Camín, Ángeles Mastretta, Enrique Krauze, el excanciller Jorge Castañeda y muchos más integrantes de la cultura, las ciencias y el arte.
No es mi intención decir qué firmas tienen más peso si las que están a favor de Claudia o las que está a favor de Xóchitl. En ambos bandos, todas y todos son destacados y han hecho diferentes aportaciones en su campo. Solo quiero señalar que lo que une a ambos manifiestos es la petición urgente de más apoyo a la ciencia, la cultura y las artes y que quien llegue a la presidencia lo debe no sólo tener presente, sino cumplirlo, es decir, el apoyo está por parte de la comunidad, ahora falta que quien llegue lo haga suyo.
En las últimas dos décadas, estos sectores han vivido momentos muy críticos que van desde falta de apoyos económicos, reducción de becas, falta de mantenimiento a los centros, principalmente a los centros de estudio artístico, como hoy lo está viviendo el CENART y en especial la Escuela Superior de Música, falta de apoyo a creadores y productores, falta de plazas laborales y de impulso general a la ciencia, el arte y la innovación y el país necesita mirar hacia adelante y si se incluye a las y los científicos, a las y los intelectuales, a las y a los integrantes del mundo del arte, avanzaremos más rápido y tendremos un mejor país con mejores oportunidades para cientos de jóvenes.
El segundo evento del viernes 24 fue el cierre nacional de los “Diálogos por la educación, la ciencia, la tecnológica y la innovación, en la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, la UAEM, mismos que fueron organizados por el grupo Ciencia y Academia por la Transformación, que reúne a más de 10 mil científicas, científicos y académicos que apoyan el proyecto de la doctora Claudia Sheinbaum.
Desde hace varios meses este grupo ha recopilado propuestas y realizado encuentros denominados Foros para la Transformación para abordar diversas temáticas, en particular la de la Educación Media Superior cuya discusión derive en políticas públicas que atiendan las necesidades en el sector de ciencia y educación.
En el evento de la UAEM se contó con la participación de académicos y científicos de diversas entidades y con la asistencia de la candidata a la gubernatura por la coalición Sigamos Haciendo Historia, Margarita González Saravia.
Cabe destacar que es simbólico que el cierre de estos diálogos se haya hecho en Morelos, es la entidad del país que cuenta con más científicos per cápita (en 2019 se contabilizaban 2 mil) y 42 centros de investigación y luego de la pandemia se sabe que esta comunidad ha ido en aumento en ese estado, por su cercanía a la Ciudad de México, por su clima, por muchas razones.
Algunas de las conclusiones expuestas en la UAEM fueron organizadas en diferentes temas, a través de mesas de trabajo. Varios de estos temas tienen que ver con la educación media superior y superior. Aquí se habló de propuestas urgentes como mejorar la infraestructura, la reubicación de planteles que están en zonas de riesgo e incrementar los espacios de divulgación. Mecanismos para garantizar el acceso seguro a la educación superior. Dignificación del trabajo docente y reconocimiento de los maestros como agentes de transformación social. Programas de formación continua. Dar continuidad a la Nueva Escuela Mexicana pero fortalecerla con recursos. Dar atención emocional y psicológica a alumnos y docentes. Impulsar la soberanía tecnológica y la innovación. Incorporar innovaciones tecnológicas para alcanzar la soberanía alimentaria. Desarrollo sustentable y prosperidad compartida. Utilizar la tecnología y organizar grupos de trabajo que ayuden a prevenir las consecuencias de los desastres naturales, al mismo tiempo que impulsar desarrollos tecnológicos que conserven la soberanía y rectoría del Estado desde las comunidades científicas y tecnológicas, entre otros temas. Cabe señalar, que estas metas son ambiciosas per se, pero un punto para lograrlas es la integración de la comunidad científica en torno a estos objetivos. Las y los científicos, hay que decirlo, forman parte de asociaciones y academias, pero no interactúan mucho entre ellos. Aun estando en un mismo centro de investigación, no siempre se hablan entre ellos. Sí, aunque suene increíble. Se debe trabajar para consolidar a la comunidad científica y que se hablen unos con otros y entonces se puedan consolidar sinergias.
Pero lo que es evidente es que muchas de estas comunidades tienen mucha esperanza y confianza en Claudia Sheinbaum porque su propuesta pone a la educación al centro de la transformación y porque se trata, de llegar a ganar las próximas elecciones, de una política con formación académica y científica.
La conformación del grupo Ciencia y Academia es inédita, aunque surgió como una organización de apoyo a la doctora Sheinbaum, su continuidad podría generar un grupo interlocutor en temas educativos y científicos, adicional al que ya se tiene con las academias y con los sindicatos. Se viven nuevos tiempos en la organización de los sectores educativo, científico y cultural. Esperemos que eso traiga cambios y beneficios a favor de quienes más lo necesitan, en este caso, se espera que adolescentes y jóvenes estudiantes puedan ser los más favorecidos por una parte y por otra, las comunidades del mundo científico y cultural. Habrá que ver que así sea.