El presidente Joe Biden planea incrementar en el transcurso del siguiente mes el tope al número de refugiados que Estados Unidos puede recibir, dijo la Casa Blanca el viernes, luego de recibir críticas de aliados y de grupos asistenciales por haber tomado medidas únicamente para expandir los criterios de elegibilidad para reasentamiento.
En una decisión de emergencia firmada por Biden horas antes, el mandatario indicó que la admisión de un máximo de 15.000 refugiados establecida por el expresidente Donald Trump este año “sigue estando justificada por razones humanitarias y por lo demás va en aras del interés nacional”. Pero si el tope fuese alcanzado antes de que concluya el año fiscal actual y persistiese la situación de emergencia de los refugiados, entonces podría emitirse una determinación presidencial para elevar el nivel máximo.
Eso desató un alud de críticas de legisladores demócratas, incluyendo al jefe de la bancada del partido en la cámara alta, Dick Durbin, que lo consideró “inaceptable”.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, dijo después que previsiblemente Biden incrementará el límite al número de refugiados admitidos para el 15 de mayo, aunque no dijo qué tanto.
Biden ha estado consultando a sus asesores para determinar qué número de refugiados podría ser admitido de forma realista en Estados Unidos entre ahora y el 1 de octubre, cuando concluye el año fiscal, señaló Psaki.
Dijo que “dado el programa de admisiones diezmado que heredamos”, ahora es “improbable” que Biden pueda incrementar ese número a 62.500 como había propuesto en el plan que presentó al Congreso hace dos meses.
Pero los asesores de Biden lo exhortaron a “actuar de inmediato para revertir la política de Trump que prohibía recibir refugiados provenientes de muchas regiones, para autorizar que los vuelos provenientes de dichas regiones comiencen a reanudarse en cuestión de días; la orden de hoy hizo eso”, señaló Psaki.
La redistribución proporciona más espacios para refugiados de África, Medio Oriente y Centroamérica, y suspende las restricciones ordenadas por Trump a las reubicaciones de personas provenientes de Somalia, Siria y Yemen.
Críticos de ambos partidos habían acusado al presidente de ceder ante la presión política que ha estado creciendo en torno al ritmo récord de migrantes que cruzan la frontera sur de Estados Unidos. Stephen Miller, arquitecto de las políticas migratorias de Trump, tuiteó que ello “refleja que el equipo de Biden está al tanto de que la inundación (de migrantes) en la frontera provocará pérdidas récord en las elecciones de mitad de período”.
La Casa Blanca indicó que la situación en la frontera sur es en parte la razón por la que Biden no había actuado antes, aunque los migrantes en la frontera no pasan a través del mismo proceso de verificación de antecedentes que los refugiados.