Brasil superó este jueves los 15 millones de contagios y quedó próximo a las 417 000 muertes por la COVID-19, después de registrar en las últimas 24 horas 73 380 nuevos casos y 2 550 fallecimientos asociados al coronavirus, según las cifras oficiales divulgadas por el Gobierno.
Desde el primer contagio, el 26 de febrero, y de la primera muerte, el 12 de marzo, ambos en Sao Paulo, el país suma ahora 15 003 563 casos confirmados y 416 949 decesos.
El Ministerio de Salud, en su más reciente boletín epidemiológico, indicó que entre el miércoles y este jueves se presentó un leve ascenso en el número de infectados (+0,11 %) y una reducción en el de muertes diarias (-9,28 %), en comparación con las 24 horas anteriores.
Según el reporte oficial, en la nación de casi 212 millones de habitantes se han recuperado 13 591 335 pacientes de la COVID-19, lo que supone el 90,5 % del total de infectados.
Otros 995 279 pacientes se encuentran en acompañamiento médico en hospitales o en sus residencias después de haber dado positivo en las pruebas clínicas.
Entre aparente estabilidad y flexibilización
Brasil, uno de los tres países en el mundo más afectado por la pandemia en números absolutos junto a Estados Unidos e India, registra una tasa de mortalidad de 198 decesos por cada 100 000 habitantes y una incidencia de 7 140 personas infectadas en la misma proporción.
El estado de Sao Paulo, el más poblado del país con 46 millones de habitantes y localizado en la región Sureste, sigue siendo la región con más casos confirmados (2 969 680) y muertes (99 406), bordeando ya los 100 000 fallecimientos.
Mientras el país vive una aparente estabilidad frente al número de contagios y muertes y en algunas regiones se flexibilizan las restricciones de circulación y medidas de aislamiento, en el Senado avanzan las sesiones de la Comisión Parlamentaria de Investigaciones (CPI) para evaluar la responsabilidad del Gobierno.
Este jueves ante la CPI, el ministro de Salud, Marcelo Queiroga, intentó justificar el negacionismo del presidente Jair Bolsonaro frente a la COVID-19, pero admitió que el distanciamiento social “será necesario” hasta concluirse el proceso de vacunación, que se ha desacelerado por falta de inmunizantes.
(Con información de EFE)