El primer ministro británico, Boris Johnson, defendió su manejo de la pandemia de coronavirus este domingo a pesar de semanas de aumento de infecciones, pero advirtió que el país enfrenta un invierno “accidentado” por delante.
Gran Bretaña tiene el número de muertos por coronavirus más alto de Europa, con más de 42,400, y el gobierno conservador de Johnson se enfrenta a críticas de todas partes. Los opositores dicen que se necesitan restricciones sociales más estrictas para reprimir una segunda ola de COVID-19 que ya está barriendo el país. Pero muchos en el partido de centro-derecha de Johnson argumentan que se deben aliviar las restricciones para salvar la economía maltrecha.
Johnson le dijo a la BBC que el gobierno tenía que lograr un equilibrio difícil y que no podía “tomar un curso que pudiera exponernos a decenas de miles de muertes más en muy poco tiempo”.
“Es un imperativo moral salvar vidas… pero, por otro lado, tenemos que mantener nuestra economía en movimiento. Ese es el equilibrio que estamos tratando de lograr ”, dijo.
Gran Bretaña entró en un bloqueo nacional en marzo, con la mayoría de las empresas cerradas y todos los viajes menos esenciales prohibidos. Las restricciones comenzaron a levantarse en junio cuando la marea pandémica retrocedió. Pero al igual que otros países europeos, las nuevas infecciones diarias por coronavirus comenzaron a aumentar nuevamente cuando los pubs y restaurantes volvieron a abrir, los niños volvieron a la escuela y los estudiantes regresaron a la universidad.
El Reino Unido ahora tiene restricciones nacionales para socializar, incluido un toque de queda a las 10 pm para bares y restaurantes, y grupos limitados a seis, con áreas de alta infección que enfrentan medidas locales más estrictas, que Johnson y otros ministros a veces han tenido problemas para explicar con claridad. Los críticos dicen que meses de mensajes contradictorios y cambios de consejos sobre todo, desde usar máscaras hasta trabajar o no desde casa, ha dejado a la gente confundida y exhausta.
Un programa nacional de prueba y rastreo para encontrar personas que han estado expuestas al virus también ha tenido problemas persistentes y no logra llegar a más de una cuarta parte de los contactos de las personas infectadas.
Keir Starmer, líder del opositor Partido Laborista, acusó al gobierno de “incompetencia en serie”.
“El primer ministro está gobernando en retrospectiva”, dijo Starmer al periódico Observer. “Así que carga hacia adelante, sin reconocer el problema, tiene un accidente automovilístico, mira por el espejo retrovisor y dice: ‘¿De qué se trata todo eso?'”
Gran Bretaña registró 12 mil 872 nuevas infecciones por coronavirus el sábado, con mucho el total diario más alto desde que comenzó el brote, aunque la cifra incluye una acumulación de casos no reportados previamente. El número diario no se puede comparar directamente con el pico del Reino Unido en abril porque ahora se están realizando muchas más pruebas.
El número de hospitalizaciones y muertes en Gran Bretaña también está aumentando, pero sigue estando muy por debajo del pico de primavera del Reino Unido. El sábado se reportaron otras 49 muertes por COVID-19, en comparación con casi 1,000 por día en el punto álgido del brote.
Johnson reconoció que muchas personas se sienten “fatigadas” después de meses de restricciones y expresó su esperanza de que el progreso en las vacunas y las pruebas “cambie la ecuación científica” en los próximos meses, permitiendo un regreso a la normalidad.
Pero advirtió que “continuará teniendo baches hasta Navidad. Incluso puede haber baches más allá “.
“Si hablas con los científicos, todos son prácticamente unánimes acerca que para la primavera las cosas serán radicalmente diferentes y estaremos en un mundo distinto, el ciclo normal de una pandemia como ésta”, añadió Johnson.
