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Biden recurre a Harris para liderar la respuesta de EEUU al problema migratorio

El presidente Joe Biden designó el miércoles a la vicepresidenta Kamala Harris para encabezar las gestiones del gobierno con el fin de hacer frente al problema migratorio en la frontera sur de Estados Unidos y trabajar con las naciones centroamericanas para atender las causas profundas del asunto.

Biden hizo el anuncio al reunirse en la Casa Blanca con Harris, el secretario de Salud y Servicios Humanos, Xavier Becerra; el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, y con otros asesores en el tema migratorio para hablar sobre el incremento en la llegada de migrantes, incluidos muchos menores sin compañía de un adulto, a la frontera con México en las últimas semanas.

Al delegarle el asunto a Harris, Biden intenta repetir la dinámica aplicada cuando él era vicepresidente de Barack Obama, quien recurrió a Biden en su primer periodo para retirar a los soldados estadounidenses de Irak y supervisar la implementación de los estímulos en respuesta a la Gran Recesión.

“Cuando ella habla, habla por mí”, dijo Biden, haciendo notar que el trabajo que hizo Harris como procuradora general de California significa que está particularmente preparada para encabezar la respuesta del gobierno.

Biden, que ha enfrentado duras críticas de los republicanos por el aumento en la llegada de migrantes, espera mostrar a los estadounidenses que está tomándose en serio la situación en la frontera. También quiere evitar que el creciente problema humanitario y político opaque la ambiciosa agenda legislativa de su gobierno.

Pero la asignación de alto perfil para Harris, que se postuló a la candidatura presidencial demócrata en 2020 y se prevé que vuelva a contender por la Casa Blanca en el futuro, podría ser una dura carga política.

“No hace falta decir que el trabajo no será fácil”, señaló Harris. “Pero es un trabajo importante”.

Harris deberá supervisar las labores diplomáticas para lidiar con los problemas que están impulsando la migración en los países del llamado Triángulo Norte de Centroamérica, conformado por El Salvador, Guatemala y Honduras, y también deberá presionar a esas naciones para que aumenten la seguridad en sus fronteras, dijeron funcionarios del gobierno. Además, la vicepresidenta deberá desarrollar e implementar una estrategia a largo plazo que atienda la raíz de lo que causa la migración de esos países.

Biden insinuó que la decisión del expresidente Donald Trump de recortar 450 millones de dólares de financiamiento en 2019 a la región centroamericana era, en parte, culpable de la situación.

Algunas de las razones del aumento actual en la llegada de personas a la frontera, entre otras, son que hay miles de migrantes centroamericanos que llevan meses varados allí, así como la persistente violencia de las pandillas que afecta a los países del Triángulo Norte.

De todas formas, las cifras de menores sin compañía de un adulto y familias que han sido detenidos en la frontera son menores a las que se registraron durante varios momentos del gobierno de Trump, incluyendo en la primavera de 2019.

Para Harris, la asignación es la primera gran oportunidad de tomar las riendas de un asunto de gran trascendencia para el gobierno. Como la primera mujer de raza negra elegida a la vicepresidencia, Harris asumió el cargo como una pionera. Pero la forma en que Biden la utilizará no ha quedado del todo clara.

La acción no sólo se asemeja a la decisión de Obama de delegarle a Biden un asunto de importancia, sino tambien a cuando Trump nombró al vicepresidente Mike Pence para que liderara su grupo de trabajo para responder al coronavirus, y a cuando el expresidente Bill Clinton le entregó al vicepresidente Al Gore las carteras ambientales y de tecnología al principio de su mandato.

Los vicepresidentes de la historia reciente a los que se les ha pedido hacerse cargo de asuntos delicados se han topado con aspectos tanto negativos como positivos, de acuerdo con Joel Goldstein, autor del libro “The White House Vice Presidency: The Path to Significance, Mondale to Biden”.

Las labores de Pence para controlar al coronavirus se vieron obstaculizadas por el hecho de que Trump se adjudicó las conferencias de prensa del grupo de trabajo al principio de la pandemia. Dick Cheney, a quien se le había pedido dirigir la búsqueda de un vicepresidente para George W. Bush para que luego él mismo ocupara el puesto, forjó lo que muchos críticos llegaron a considerar una presidencia tras bambalinas en la que tuvo una influencia desmesurada en la configuración de las políticas de seguridad nacional de Bush.

Y Gore enfrentó obstáculos por parte de los republicanos en el Congreso, quienes no querían que obtuviera ningún éxito antes de su infructuosa candidatura a la Casa Blanca en el 2000.

“Parte de qué tanto riesgo o recompensa se coseche depende en cierta medida de la relación del vicepresidente con el presidente”, señaló Goldstein. “Si el presidente los apoya o no. Si el presidente va a permitirle a uno estar en una posición de lograr cosas y que se perciba que uno ha logrado cosas”.

El mismo miércoles, una delegación de funcionarios de la Casa Blanca y legisladores viajó a la frontera sur para visitar una instalación en Carrizo Springs, Texas, donde más de 750 menores migrantes están detenidos.

En las últimas semanas, el gobierno de Biden se ha aprestado a colocar más de 10.000 camas nuevas a lo largo del suroeste del país en centros de convenciones y antiguos campos petrolíferos. Le notificó al Congreso el miércoles que abrirá una nueva instalación en San Antonio para albergar a 3.000 personas, así como un sitio en un centro de convenciones de San Diego con capacidad para 1.400 personas.

El Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS por sus siglas en inglés) también abrirá una segunda instalación en Carrizo Springs, y recibió autorización del Departamento de Defensa el miércoles para empezar a albergar a los menores en bases militares de San Antonio y de El Paso, Texas.

Aunque reconoció que el aumento en la llegada de migrantes es un “gran problema”, la representante Norma Torres, una de cinco legisladores que recorrió las instalaciones el miércoles, dio crédito al gobierno de Biden de estar tratando a los jóvenes migrantes de una forma mucho más humana que el gobierno de Trump.

En una entrevista posterior a la visita, Torres dijo que había cuatro niños por habitación y que no vio señales de hacinamiento. Los jóvenes asisten a la escuela, tienen acceso a atención médica y se someten a pruebas diagnósticas de COVID-19 cada semana. Añadió que les comentaron que uno de cada 10 niños en esas instalaciones está dando positivo al coronavirus, pero que ninguno ha sido hospitalizado.

“Cuando veo a esos niños, me veo a mí misma”, comentó Torres, una inmigrante de Guatemala que llegó a Estados Unidos con su familia cuando era niña.

La Casa Blanca enfrentó críticas por limitar el acceso de los medios de comunicación a la visita del miércoles, permitiendo un solo equipo de televisión. Aún no ha autorizado que la prensa ingrese a las instalaciones de la Patrulla Fronteriza, donde hay grandes cantidades de niños migrantes detenidos, ni a las instalaciones del HHS que abrió rápidamente luego de enfrentar presión. La instalación de Carrizo Springs fue establecida en 2019 durante el gobierno de Trump y volvió a abrir sus puertas en febrero.

El senador Ted Cruz, quien encabeza una delegación aparte de senadores republicanos que viajará a la frontera en los próximos días, criticó la falta de acceso a la prensa, señalando que era una “censura” a los medios por parte del gobierno demócrata.

“Joe Biden no quiere que ustedes vean”, comentó Cruz a los reporteros en el Capitolio.

Con información de: AP

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By  Alcanzando el Conocimiento

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