De acuerdo con información emitida por el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), agosto de 2019 fue el agosto más cálido desde que se tienen estimaciones de la temperatura promedio (1953).
La temperatura media observada en agosto de 2019 fue de 27.0 grados Celsius (°C), mientras que el promedio climatológico para dicho mes es de 23.7°C, lo que representó una diferencia de 3.3°C por arriba del promedio (1981-2010). El récord anterior del agosto más cálido fue de 2015, de 26.4 °C.
Además de agosto, todos los meses de 2019 han registrado una temperatura por arriba del promedio.
De los diez agostos con temperatura mayor que el promedio del periodo 1953-2019, seis corresponden a esta década y los tres restantes se remontan a los 50.
Las entidades que registraron su agosto más cálido fueron: la Ciudad de México, con 19.8°C; Coahuila, con 30.5°C; Chiapas, con 26.7°C; Durango, con 23.9°C; Hidalgo, con 21.3°C; Nuevo León, con 29.8°C; Querétaro, con 23.3°C; Quintana Roo, con 30.4°C; San Luis Potosí, con 29.0°C; Tabasco, con 29.8°C; Tamaulipas, con 31.6°C, y Yucatán, con 29.2°C.
Algunos récords de temperatura que se rompieron durante agosto de 2019 se registraron en los municipios de Eduardo Neri, Guerrero, con 47.5°C el 3 de agosto, lo que superó a su máximo histórico de 47.0°C del 31 de agosto de 2017, así como Aldama, Chihuahua, con 45.0°C, del 6 de agosto, superando su máximo histórico de 44.0°C del 14 de agosto de 1976.
En la Ciudad de México también hubo altas temperaturas con nuevos récords del 14 al 18 de agosto, superando los valores previos de esos días: 28.2°C el día 14, 28.3°C el 15, 28.6°C el 16, 27.9°C el 17 y 27.7°C el 18.
Factores para que se eleven las temperaturas
Un factor a considerar en el clima del país durante este año han sido las bajas precipitaciones. La lluvia acumulada del 1 de enero al 1 de septiembre en 2019 fue de 384.1 milímetros (mm) a nivel nacional, mientras que la climatología del mismo período es de 493.5 mm (medido en litros por metro cuadrado), lo que significa que ha llovido sólo 78% de precipitación de lo que normalmente llueve. Esto puede estar asociado a menor nubosidad que aumenta la radiación
de onda corta que llega a la superficie y una menor humedad del suelo que disminuye la evaporación, la cual, a su vez, baja la temperatura en superficie.